En un informe titulado "Se acerca el invierno", S&P Global Mobility afirmó que la cadena de suministro de la industria automovilística -que ya se tambalea por la pandemia del COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania- "podría enfrentarse a una gran presión" por el aumento de los costes energéticos o incluso por los cortes de electricidad.

"Con los precios de la energía en Europa disparados... un invierno duro podría poner a ciertos sectores de la automoción en riesgo de no poder mantener sus líneas de producción en funcionamiento", decía el informe.

S&P Global Mobility señaló que los costes ya se han disparado para la producción de automóviles, hasta situarse entre 687 euros (667 dólares) y 773 euros por vehículo, por encima del nivel anterior a la crisis energética, que era de 50 euros, lo que pone en aprietos sobre todo a los proveedores más pequeños.

A partir de este trimestre y hasta finales de 2023, S&P Global Mobility había previsto que la producción trimestral de las plantas de ensamblaje de automóviles europeas se situaría entre 4 y 4,5 millones de unidades.

Pero "con las posibles restricciones de los servicios públicos" eso podría reducirse a tan sólo 2,75 millones o 3 millones de unidades por trimestre.

El pronosticador de automóviles advirtió que, dado que los proveedores europeos exportan piezas a todo el mundo, todos los fabricantes de automóviles se verían afectados de alguna manera.

Edwin Pope, analista principal de materiales y aligeramiento de S&P Global Mobility, dijo a Reuters que el análisis se realizó antes del probable sabotaje de los oleoductos Nord Stream a finales del mes pasado.

"Acontecimientos como ése desplazarán inevitablemente la balanza hacia el extremo inferior de lo que habíamos previsto, especialmente en lo que se refiere al tiempo que se tarda en reparar cosas de esta naturaleza", dijo Pope.

Para los distintos países de Europa, el pronosticador de automóviles tuvo en cuenta seis factores, entre ellos el tamaño del déficit de un país, la deuda en relación con el producto interior bruto, el nivel de autosuficiencia energética y el almacenamiento de gas.

Aunque la potencia automovilística alemana ha dependido del gas ruso y está eliminando la energía nuclear, tiene "más margen presupuestario para capear el temporal energético" que otros países europeos, entre ellos Italia, señaló.

Pope dijo que, si bien la industria automovilística podría superar este invierno, si Europa no tuviera un plan para el invierno siguiente, muchos proveedores podrían no sobrevivir.

"Me preocupa que algunos talleres artesanales altamente cualificados de la región se vean abocados a la quiebra forzosa o simplemente cuelguen el sombrero", dijo Pope.

(1 dólar = 1,0303 euros)