El presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió el cargo el 1 de enero, prometiendo poner fin a la deforestación después de años de aumento de la deforestación bajo su predecesor Jair Bolsonaro, quien redujo drásticamente los esfuerzos de protección del medio ambiente en la Amazonía.

"Este aumento en las cifras revela que la Amazonia sigue sufriendo una enorme falta de gobernanza y que el nuevo gobierno necesita actuar urgentemente para reconstruir su capacidad de represión a los delitos ambientales, que había sido totalmente destruida por el último gobierno", dijo Marcio Astrini, jefe del grupo ecologista local Observatorio del Clima.

Los datos de la agencia de investigación espacial Inpe mostraron que sólo el mes pasado se talaron 356 km cuadrados (137 millas cuadradas) en la Amazonia brasileña.

Las últimas cifras presentan un panorama desigual en la lucha del gobierno contra la deforestación hasta ahora, ya que la destrucción de enero a marzo descendió a 845 kilómetros cuadrados (326 millas cuadradas), una disminución del 11% respecto al año anterior.

Brasil mide oficialmente la deforestación anual de agosto a julio, para limitar la influencia de la nubosidad que oscurece las imágenes por satélite de la destrucción durante los meses lluviosos. En los ocho primeros meses de ese periodo, de agosto de 2022 a marzo de 2023, la deforestación ha aumentado un 39% interanual.

"Sólo quedan cuatro meses para cerrar las cifras definitivas de deforestación. Esto significa que una disminución de la deforestación en las tasas finales de la Amazonia en 2023 es poco probable. De hecho, tiene más posibilidades de aumentar", afirma Astrini.

A finales de febrero, en Brasilia, el enviado estadounidense para el clima, John Kerry, afirmó que el mundo no podrá cumplir su objetivo climático de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados si no protege la selva amazónica.

Washington anunció a principios de año su intención de contribuir al Fondo Amazonia de Brasil, que apoya proyectos de conservación en la región selvática.

Noruega también prometió el mes pasado su apoyo a los esfuerzos de Brasil para atraer a más países donantes para el Fondo Amazónico.