Los siete países de la Comunidad del África Oriental (CAO) crearon la fuerza militar EACRF en abril del año pasado para intentar poner fin al derramamiento de sangre vinculado a décadas de actividad militante en el este del Congo.

El futuro de la fuerza había sido incierto desde que su mandato expiró en marzo, y los líderes de la CAO habían expresado opiniones divergentes sobre cómo debía operar.

Las dudas sobre su eficacia aumentaron en abril después de que el jefe de la fuerza, el general de división Jeff Nyagah, dijera que había dimitido debido a obstrucciones y amenazas a su seguridad.

Un portavoz de la CAO confirmó los informes de que el mandato de la fuerza se había ampliado hasta septiembre durante una cumbre celebrada el miércoles en Burundi.

El ministro de Defensa del Congo, Jean-Pierre Bemba, también confirmó los informes.

El presidente Felix Tshisekedi se ha mostrado abiertamente crítico con la EACRF. La acusa de no ser lo suficientemente agresiva y de no frenar al grupo rebelde M23, que lanzó una ofensiva en el este del país el año pasado.

En un principio, Tshisekedi había aceptado prorrogar el mandato del EACRF hasta junio.