PEKÍN, 13 oct (Reuters) - Una serie de datos dispares chinos que mostraban una reducción de la caída del comercio exterior de mercancías y la persistencia de las presiones deflacionistas pusieron de relieve el viernes los retos a los que se enfrentan los dirigentes económicos a la hora de lograr una recuperación económica duradera.

Las medidas de apoyo adoptadas por China en los últimos meses ha comenzado a estabilizar algunas partes de la segunda mayor economía del mundo, pero la prolongada crisis inmobiliaria, la ralentización del crecimiento mundial y las tensiones geopolíticas siguen lastrando la actividad.

Los envíos al exterior disminuyeron en septiembre un 6,2% con respecto al año anterior, tras una caída del 8,8% en agosto, mientras que los economistas previeron una caída del 7,6% en una encuesta de Reuters.

Las cifras fueron respaldadas por los nuevos pedidos de exportación en una encuesta oficial de fábricas de hace dos semanas, que mostró una mejora el mes pasado, en parte debido a una temporada alta de envíos de exportación de productos navideños y a efectos de base favorables.

"Cada vez hay más indicios de que el repunte cíclico del sector mundial de la electrónica está tocando fondo en el comercio mundial, y los datos comerciales de China son la última señal", declaró Xu Tianchen, economista jefe de Economist Intelligence Unit.

"Esto da motivos para el optimismo sobre un panorama comercial más halagüeño en 2024", añadió.

Las exportaciones surcoreanas a China, un indicador adelantado de las importaciones chinas, cayeron en septiembre a su ritmo más lento en 11 meses. Los semiconductores constituyen la mayor parte de su comercio, lo que indica una mejora del apetito de los fabricantes chinos por componentes para reexportar en productos acabados.

Las actividades comerciales mundiales, representadas por el índice Baltic Dry, también registraron un notable crecimiento en septiembre.

Sin embargo, Lyu Daliang, portavoz de la Administración General de Aduanas, declaró en una rueda de prensa celebrada el viernes que el comercio chino sigue enfrentándose a un entorno exterior complejo y severo.

Las exportaciones chinas a los países de la ASEAN, que se han convertido en el mayor socio comercial del gigante asiático ante las crecientes tensiones con Estados Unidos y Europa sobre comercio, tecnología y geopolítica, se contrajeron aún más en septiembre respecto al mes anterior.

Por lo demás, los datos sobre materias primas presentaron un panorama desigual. Las importaciones chinas de crudo crecieron en septiembre casi un 14% respecto al año anterior, mientras que las de cobre cayeron un 5,8% interanual.

En conjunto, las importaciones totales de mercancías cayeron a un ritmo más lento, un 6,3%, y reflejaron una recuperación gradual de la demanda interna. No alcanzaron el descenso del 6,0% previsto en la encuesta, pero superaron la contracción del 7,3% de agosto.

El resultado fue un superávit comercial más amplio de 77.710 millones de dólares en septiembre, frente al superávit de 70.000 millones previsto en la encuesta y los 68.360 millones de agosto.

Las bolsas chinas siguieron en gran medida las caídas internacionales, con el índice CSI300 cayendo un 1,1% a la hora del almuerzo, mientras los mercados globales se inquietaban por los datos de inflación de Estados Unidos, más fuertes de lo esperado, y por la preocupación de que la Reserva Federal mantenga los tipos más altos durante más tiempo.

VIENTOS EN CONTRA DE LA RECUPERACIÓN

En general, los economistas afirman que es demasiado pronto para pronunciarse sobre la evolución de la demanda interna en los próximos meses, ya que el sector inmobiliario, afectado por la crisis, la incertidumbre sobre el empleo y el crecimiento de los ingresos de los hogares, así como la escasa confianza de algunas empresas privadas, plantean riesgos para una recuperación económica duradera.

La economía, valorada en 18 billones de dólares, empezó a perder fuelle a partir del segundo trimestre, tras un breve repunte posterior a la crisis, lo que llevó a los dirigentes económicos a poner en marcha varias medidas para apuntalar la recuperación ante la atonía del mercado inmobiliario, el elevado desempleo juvenil y la creciente presión para el pago de la deuda interna.

Los precios al consumo de China se tambalearon y los precios de fábrica se contrajeron ligeramente más rápido de lo esperado el mes pasado en comparación con un año antes, según mostraron los datos de inflación publicados el viernes, lo que indica que las presiones deflacionistas persisten en la economía.

Sin embargo, las autoridades pueden consolarse con datos recientes positivos, como la actividad de las fábricas y las ventas minoristas, mientras que los viajes durante la pasada Semana Dorada aumentaron un 4,1% respecto a los niveles previos a la pandemia de 2019.

La mayoría de los analistas han venido reiterando en los últimos meses que los dirigentes económicos tendrán que ir más allá de la introducción de medidas parciales para apuntalar la recuperación económica.

(1 $ = 7,2995 yuanes chinos renminbi)

(Reporte adicional de Albee Zhang; Edición de Shri Navaratnam, editado en español por José Muñoz)