El Instituto Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres de Mozambique dijo que dos personas habían muerto y 66 habían resultado heridas, mientras que 546 viviendas habían quedado parcialmente destruidas y otras 115 completamente destruidas.

El Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres de Malawi dijo que una persona había muerto y 30 habían sufrido heridas, y que los hogares desplazados buscaban refugio de las inundaciones en iglesias y escuelas.

La tormenta provocó importantes cortes de electricidad en Malaui, y su empresa de generación eléctrica, EGENCO, declaró que hasta las 18.00 hora local (16.00 GMT) del martes sólo estaba disponible el 30% de la capacidad instalada en el país.

La central hidroeléctrica de Kapichira, en particular, sufrió graves daños, y EGENCO afirmó en un comunicado que la estructura de la presa de toma había sido parcialmente arrastrada por las inundaciones repentinas.

Mozambique y otros países del sur de África se han visto azotados repetidamente por fuertes tormentas y ciclones en los últimos años que han destruido infraestructuras y desplazado a un gran número de personas.

Los expertos afirman que las tormentas se han vuelto más fuertes a medida que las aguas se han calentado debido al cambio climático, mientras que la subida del nivel del mar ha hecho vulnerables las zonas costeras bajas.

El instituto de catástrofes de Mozambique estimó que hasta 500.000 personas podrían verse afectadas por Ana, aunque el instituto meteorológico dijo que se había debilitado de "tormenta tropical moderada" a "depresión tropical".

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) declaró a Reuters que una de sus principales preocupaciones era que las lluvias torrenciales y las inundaciones durante la temporada agrícola pudieran provocar la pérdida de las cosechas, causando una subida sustancial de los precios de los alimentos.

"Ana marca el comienzo de la temporada de ciclones en el suroeste del océano Índico, ... según las previsiones se pueden esperar fenómenos meteorológicos más intensos en los próximos meses", dijo el PMA, añadiendo que estaba listo para proporcionar alimentos a las personas afectadas y apoyo logístico para las operaciones de rescate y socorro.

En 2019, el ciclón Idai y las mortales inundaciones que le siguieron mataron a más de 1.000 personas en Mozambique, Malawi y Zimbabue.