La divisa japonesa osciló entre las ganancias y las pérdidas y cotizaba por última vez a 158,90 por dólar en horas asiáticas, tras haber repuntado casi un 3% hasta alcanzar los 157,40 inmediatamente después del informe del IPC publicado el jueves.
El medio de noticias Asahi, citando fuentes gubernamentales, dijo que los funcionarios intervinieron en el mercado de divisas, mientras que un informe de Nikkei, también citando fuentes, dijo que el Banco de Japón llevó a cabo comprobaciones de tipos con los bancos sobre el euro frente al yen el viernes.
El principal diplomático de divisas de Tokio, Masato Kanda, dijo el viernes que las autoridades tomarán las medidas que sean necesarias en el mercado de divisas, pero declinó comentar si las autoridades habían intervenido.
La habitual ausencia de comentarios oficiales sobre la intervención deja a los inversores a la expectativa y la atención se centrará ahora en los datos que se conocerán a finales de mes y que mostrarán si las autoridades intervinieron o no.
"La reacción del yen a las dos últimas rondas de presunta intervención ha sido muy diferente", dijo Charu Chanana, jefe de estrategia de divisas de Saxo.
"Las autoridades japonesas necesitan dar seguimiento con más medidas como una severa intervención verbal, o mejor aún, un endurecimiento en la reunión de julio del BOJ".
Tokio intervino a finales de abril y principios de mayo, gastando unos 9,8 billones de yenes para apoyar la divisa.
Sin embargo, desde entonces el yen ha superado esos niveles, tocando la semana pasada el mínimo de 38 años de 161,96, al pesar la gran diferencia entre los tipos de Estados Unidos y Japón.
Esta diferencia ha creado una oportunidad de negociación muy lucrativa, en la que los operadores toman prestado el yen a tipos bajos para invertir en activos valorados en dólares y obtener una mayor rentabilidad, lo que se conoce como carry trade.
"Parece que hoy será un día volátil con los mercados nerviosos por la intervención, pero el carry sigue siendo muy atractivo para ponerse corto de yenes y el cambio en la historia fundamental es sólo marginal tras el IPC estadounidense más fresco de anoche", dijo Chanana de Saxo.
La subida del yen se desencadenó después de que los datos del jueves mostraran que los precios al consumo en EE.UU. cayeron por primera vez en cuatro años en junio, poniendo firmemente en marcha de nuevo la desinflación y manteniendo sobre la mesa un recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal.
Tom Hopkins, gestor sénior de carteras de BRI Wealth Management, afirmó que el informe del IPC debería aportar más confianza a los mercados.
"A pesar de no haber llegado todavía al punto de inflexión, el camino está abierto a un recorte de los tipos a corto plazo y seguimos esperando que la Reserva Federal reduzca en 25 puntos básicos el tipo de política restrictiva de los fondos federales en septiembre", afirmó Hopkins.
Los operadores están valorando en un 93% la posibilidad de que la Fed recorte los tipos en septiembre, frente al 73% antes de la lectura del IPC, según mostró la herramienta FedWatch de CME. Los mercados están valorando en 61 puntos básicos la flexibilización este año.
En consecuencia, el dólar ha estado a la defensiva, y el índice dólar, que mide la divisa estadounidense frente a seis rivales, se situó en 104,38, no lejos del mínimo de un mes de 104,07 que tocó el jueves.
El euro alcanzó por última vez los 1,087325 dólares, justo por debajo del máximo de un mes de 1,090 dólares que tocó el jueves.
La libra esterlina rondaba el máximo de casi un año alcanzado el jueves y cotizaba por última vez a 1,2922 dólares después de que los datos mostraran que la economía británica creció más rápido de lo esperado en mayo, lo que podría reducir las posibilidades de un recorte de tipos en agosto.
