La creciente alarma por el exceso de capacidad industrial china que inunda la Unión Europea con productos baratos está abriendo un nuevo frente en la guerra comercial de Occidente con Pekín, que se inició con los aranceles de Washington a las importaciones en 2018.
"No se puede tachar a un país de tener exceso de capacidad sólo porque tenga más capacidad de la que necesita", declaró He Yadong, portavoz del Ministerio de Comercio.
"La producción y el consumo son globales, y la oferta y la demanda deben coincidir y ajustarse según una perspectiva global".
El martes, la administración Biden desveló fuertes aumentos de aranceles sobre exportaciones por valor de 18.000 millones de dólares, incluida la cuadruplicación de los aranceles sobre los vehículos chinos de nueva energía.
"La demanda de productos de nueva energía seguirá expandiéndose en esta transformación verde global", dijo He, comparando el dominio de China en las tecnologías verdes con el duopolio de Boeing y Airbus en el mercado mundial de la aviación. Afirmó que las ventas mundiales de VNE deben aumentar si la comunidad internacional quiere alcanzar la neutralidad de carbono para 2030.
"Los países afectados están preocupados por su competitividad y su cuota de mercado", añadió.
"El exceso de capacidad no es un producto, es una ansiedad".