Los responsables políticos subrayaron esta semana que las incertidumbres en torno al ritmo al que caerá la inflación, tanto dentro como fuera del país, les habían llevado a revisar su forward guidance, anticipando ahora otro recorte de 50 puntos básicos en una próxima reunión, en mayo, tras haber señalado anteriormente reducciones en más de una ocasión.

"Cuando no tenemos una visibilidad tan clara, se entiende que nos volvamos algo dependientes del escenario de aquí a entonces", declaró Neto en una rueda de prensa el jueves.

El banco también reveló que "algunos miembros" de su comité de fijación de tipos argumentaron que si la incertidumbre prospectiva sigue siendo elevada en el futuro, podría resultar apropiado un ritmo más lento de relajación monetaria.

El director de política económica, Diogo Guillen, señaló en la rueda de prensa que aunque algunos miembros llamaron la atención sobre ese punto, eso "no significaba que otros miembros estuvieran en desacuerdo con todo lo que se dijo".

Desde el inicio del ciclo de relajación monetaria en agosto, los responsables políticos han recortado el tipo de interés de referencia en un total de 300 puntos básicos, hasta el 10,75%.

El banco central reconoció en su informe trimestral sobre la inflación publicado el jueves que los precios al consumo subieron un 0,54 de punto porcentual más de lo que esperaba en los tres meses hasta febrero, debido principalmente a los aumentos de los precios administrados y de los precios de los alimentos a domicilio.

Estimó variaciones menores de la inflación en el futuro, señalando que, excluyendo los efectos estacionales, la proyección es coherente con un ritmo de desinflación más lento que el observado entre 2022 y 2023.

El banco también revisó al alza su proyección de crecimiento económico para este año hasta el 1,9%, desde el 1,7% previsto en diciembre.

Los responsables políticos destacaron un mercado laboral que muestra dinamismo y un crecimiento salarial más fuerte, junto con un mercado crediticio que da señales de recuperación, evidenciadas por el aumento de los préstamos y el descenso de los tipos de interés y las tasas de morosidad.

Sin embargo, la proyección sigue siendo menos optimista que la estimación del gobierno de un crecimiento del PIB del 2,2%, que el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, dijo el miércoles que podría revisarse por encima del 2,5%.

Los economistas privados encuestados semanalmente por el banco central esperan que la producción crezca un 1,85% este año.

En el informe, el banco central elevó su previsión de expansión de los préstamos bancarios en 2024 al 9,4% desde el 8,8% anterior.

Por otro lado, rebajó el superávit comercial anual estimado a 59.000 millones de dólares desde los 73.000 millones anteriores "debido a la revisión a la baja de la proyección del valor de las exportaciones, que refleja unos precios más bajos, en particular de la soja, dadas las perspectivas de una sólida oferta mundial".

Como resultado, el banco central espera ahora un mayor déficit por cuenta corriente de 48.000 millones de dólares este año, frente a los 35.000 millones.