Los líderes empresariales alemanes suelen mantenerse al margen de la política de partidos dados los vaivenes del poder y han esquivado durante mucho tiempo las preguntas sobre el ascenso del partido nacionalista AfD, que actualmente ocupa el segundo lugar en las encuestas nacionales.

Pero un informe de la semana pasada según el cual dos altos cargos de la AfD participaron en una reunión en la que se discutieron planes para llevar a cabo deportaciones masivas de ciudadanos de origen extranjero ha desatado la indignación nacional.

También ha suscitado el temor de que la imagen de Alemania como destino atractivo para la inversión extranjera y los trabajadores cualificados pueda verse empañada en un momento en que la escasez de mano de obra nacional está obstaculizando el crecimiento.

La AfD ha dicho que las propuestas debatidas en la reunión no representan la política del partido, pero la agencia de espionaje nacional del país lleva tiempo advirtiendo de la existencia de corrientes extremistas en el partido, que está bajo vigilancia de seguridad.

"El odio y la exclusión no deberían tener cabida en nuestra sociedad", publicó el miércoles en LinkedIn el jefe de Infineon, Jochen Hanebeck. "La idea de la llamada emigración de retorno es inhumana".

"Gracias por su clara declaración y sus palabras, aún más especiales para una extranjera que trabaja en Múnich", escribió la empleada de Infineon Mariana Cervan bajo su post.

Decenas de miles de alemanes, conscientes del pasado nazi del país, han salido a la calle en protestas contra la AfD, mientras que los políticos consideraban pedir la prohibición del partido.

Los principales partidos alemanes han descartado cooperar con la AfD para mantenerla fuera del gobierno, pero a sus críticos les preocupa que el partido esté arrastrando a la política dominante más hacia la derecha.

Además, la AfD, beneficiándose de la impopularidad de la coalición a tres bandas del canciller Olaf Scholz, va camino de obtener buenos resultados en las elecciones comunales de junio e incluso de quedar primera en las elecciones de tres estados del este de Alemania en septiembre.

Entre ellos se encuentra el estado de Sajonia, donde Infineon está construyendo una planta de chips de 5.000 millones de euros (5.440 millones de dólares), su mayor inversión individual de la historia.

El director general del aeropuerto de Dusseldorf, Lars Redeligx, dijo que los planes de deportación hacían necesario pronunciarse.

"Estos pensamientos que son una amenaza para la Constitución son veneno para Alemania como emplazamiento económico", dijo. "Amenaza nuestra coexistencia pacífica, amenaza nuestra prosperidad y envía una señal fatal al mundo".

El jefe de Evonik, Christian Kullmann, ya se pronunció en noviembre, declarando a Sueddeutsche Zeitung que "todos los que tienen responsabilidades en este país deben adoptar una posición clara" sobre la AfD, que "daña nuestra economía, nuestra sociedad, nuestro futuro".

Otras empresas, como el grupo de electrónica óptica Jenoptik, han creado campañas publicitarias que celebran la diversidad y la apertura.

(1 dólar = 0,9196 euros)