"Para los fondos de cobertura, las posiciones cortas han sido un desafío especialmente desde principios de junio", dijo JPMorgan, añadiendo que el deshacer posiciones cortas se volvió "extremo" en los últimos días.

Goldman Sachs dijo en una nota el viernes que la cobertura de posiciones cortas en los llamados productos macro de EE.UU., que incluyen índices de acciones y fondos negociados en bolsa, alcanzó la mayor cantidad vista desde noviembre de 2020.

El mercado alcista estadounidense ha cogido desprevenidos a los gestores de carteras, que se posicionaron a principios de año para una desaceleración económica en medio de subidas de los tipos de interés, una inflación pegajosa y tensiones geopolíticas. Esta cobertura de posiciones cortas podría, a su vez, dar alas al repunte de la renta variable, lo que complicaría aún más el panorama para los vendedores a corto restantes.

Sin embargo, el comportamiento de los principales índices estadounidenses ha puesto en entredicho sus posiciones pesimistas. El Nasdaq se ha disparado más de un 42% este año y el S&P 500 ha subido más de un 17%, mientras que una cesta de los valores estadounidenses más cortos ha subido un 40% desde principios de mayo, según JPMorgan.

El resultado para los fondos de cobertura no ha sido bueno. En conjunto, los fondos de cobertura subieron un 3,45% en el primer semestre del año, a la zaga de los principales índices bursátiles.

En medio de la persistencia del rally, el sentimiento de los inversores se ha vuelto más positivo, añadió JPMorgan en su nota del 13 de julio.

Las compras netas, que excluyen las acciones vendidas, alcanzaron su mayor nivel desde octubre del año pasado, según Goldman Sachs. Sin embargo, el movimiento se debió principalmente a que los inversores compraron acciones para cubrir sus posiciones cortas.

Aun así, los fondos de cobertura también vendieron en corto más acciones sueltas, principalmente en sectores como los productos básicos, los servicios de comunicación y la infotecnología, según Goldman Sachs.

Goldman Sachs y JPMorgan dirigen dos de los mayores corredores de primera línea del mundo, un sector bancario que presta servicios de préstamo y negociación a los inversores y es capaz de ver cómo se mueven los grandes fondos de cobertura y los gestores de activos.