El BCE ha prometido nuevas medidas para evitar la "fragmentación" financiera entre los países más endeudados de la zona del euro, como Italia, y el país refugio, Alemania, tras una repentina y fuerte ampliación de los diferenciales entre los rendimientos de los bonos.

Pero el gobernador del banco central eslovaco, Peter Kazimir, y su homólogo finlandés, Olli Rehn, pusieron el listón muy alto para cualquier intervención del BCE en el mercado de bonos.

Kazimir dijo que no era sólo tarea del BCE limitar los diferenciales, que también están causados por la fragilidad económica de ciertos países y la arquitectura incompleta de la zona euro como unión monetaria sin respaldo fiscal.

"Cuando hablamos de fragmentación, a menudo estamos llamando a la puerta equivocada, y la cuestión clave y sustancial es que las economías de los países se modernicen, innoven, sean más resistentes a estos problemas", dijo a los periodistas en Bratislava.

Rehn dijo que ningún país podrá beneficiarse automáticamente de la próxima herramienta del BCE diseñada para limitar la ampliación de los diferenciales, una posible referencia a las condiciones que conlleva cualquier compra de deuda de un país por parte del BCE.

Fuentes dijeron a Reuters la semana pasada que es probable que el BCE ponga algunas condiciones poco estrictas al plan, como el cumplimiento de las recomendaciones económicas de la Comisión Europea.

"Para mí está muy claro que no hay automaticidad y que no hay un único punto de referencia", dijo Rehn en una conferencia de prensa en Helsinki. "Tiene que haber mucho espacio para el juicio... practicado por el Consejo de Gobierno del BCE".

El BCE desveló la semana pasada sus planes para diseñar esta nueva herramienta, pero no dio ningún detalle y los comentarios de los responsables políticos desde entonces ponen de manifiesto que aún no hay acuerdo sobre cómo debería ser.

Ignazio Visco, del Banco de Italia, dijo la semana pasada que la prima que paga Italia respecto a Alemania por un préstamo a 10 años era injustificadamente alta, de más de 200 puntos básicos, mientras que debería ser inferior a 150.

Pero el gobernador de Letonia, Martins Kazaks, dijo más tarde a Reuters que el BCE no debería tener como objetivo niveles específicos de diferencial, sino simplemente asegurarse de que sus tipos de interés se trasladan a todos los rincones de la zona euro.