En conjunto, los inversores colocaron 9.400 millones de dólares en los mercados emergentes, de los cuales 6.800 millones en acciones y 2.600 millones en títulos de deuda.

La cifra mensual combinada, aunque positiva, es la más baja de 2023, lo que muestra un enfriamiento del entusiasmo por las inversiones en los mercados emergentes, ya que las subidas de tipos de los bancos centrales de todo el mundo destinadas a atajar la inflación aumentaron los costes de financiación de la deuda.

GRÁFICO - Flujos de cartera del IIF en marzo

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Los flujos hacia acciones chinas se duplicaron con creces con respecto a febrero, alcanzando los 7.200 millones de dólares, lo que eleva la inversión total en renta variable china este año a 30.000 millones de dólares, ya que la eliminación de las restricciones COVID-19 sigue impulsando los mercados.

El dinero destinado a la deuda china también aumentó, hasta 3.000 millones de dólares, frente a los 800 millones de febrero.

Pero los mercados emergentes fuera de China registraron salidas de 500 millones de dólares en renta variable y de 400 millones en renta fija.

"Los mercados han empezado a adoptar una actitud más prudente hacia los activos de los mercados en desarrollo a medida que se desvanece el repunte de principios de año y aparece un aterrizaje suave para la economía mundial", declaró en un comunicado Jonathan Fortun, economista del IIF.

"Vemos un efecto de desplazamiento de la deuda de los mercados emergentes, con jugosos rendimientos disponibles en mercados más maduros, el incentivo es menor para que los inversores asuman un riesgo adicional", añadió.