Macron dijo esta semana que quería irritar a las personas no vacunadas complicándoles la vida de tal manera que acabaran siendo vacunadas. Las personas no vacunadas eran irresponsables e indignas de ser consideradas ciudadanos, añadió.

En París, los manifestantes replicaron adoptando sus palabras en clave de humor, coreando "Os vamos a cabrear".

Otros llevaban pancartas que decían "No al pase de la vacuna", una referencia al impulso legislativo de Macron para exigir una prueba de vacunación para entrar en lugares como cafés, bares y museos.

Imágenes de televisión mostraron escaramuzas entre manifestantes y policías en un lugar. Los manifestantes también se manifestaron por las calles de Marsella, Nantes y Le Mans, entre otras ciudades.

"(Los comentarios de Macron) fueron la gota que colmó el vaso. No somos irresponsables", dijo la administradora de un hospital, Virginie Houget, que ha evitado una orden de vacunación obligatoria para los trabajadores de la salud porque se contagió de COVID-19 a finales del año pasado.

Los manifestantes acusan a Macron de pisotear sus libertades y de tratar a los ciudadanos de forma desigual. Dice que las libertades conllevan responsabilidades que incluyen la protección de la salud de los demás.

El viernes, Francia registró más de 300.000 nuevas infecciones por coronavirus por segunda vez en una semana. Las hospitalizaciones, incluyendo las de pacientes con COVID-19 en cuidados intensivos (UCI), están aumentando de forma constante, lo que pone a prueba el sistema sanitario.

Algunos hospitales han informado de que alrededor del 85% de los pacientes de la UCI no están vacunados contra el COVID-19. Los datos muestran que el 90% de los mayores de 12 años que pueden vacunarse contra la COVID están completamente vacunados.

En Francia, la gente ya tiene que mostrar una prueba de vacunación o un test negativo para entrar en restaurantes y bares y utilizar los trenes interregionales. Pero con el aumento de las infecciones por Omicron, el gobierno quiere eliminar la opción de la prueba.

A tres meses de las elecciones presidenciales, el lenguaje contundente de Macron parecía calculado, aprovechando la creciente frustración contra los no vacunados.

La aspirante conservadora Valerie Pecresse dijo que Macron estaba abriendo una brecha en el país. El candidato de extrema derecha, Eric Zemmour, denunció lo que calificó de comentarios pueriles del presidente.

En las calles de la capital, los manifestantes acusaron a Macron de politizar la pandemia antes de las elecciones.

"Quiero que cabree a los traficantes y a los criminales, no a la gente corriente", dijo un manifestante de 55 años que pidió el anonimato porque dirige un negocio.