Bruno Le Maire, de Francia, y Robert Habeck, de Alemania, tienen previsto exponer en Washington su preocupación por los créditos fiscales de la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos, que subvenciona productos desde coches eléctricos hasta paneles solares, siempre que cumplan los requisitos de ser producidos localmente.

Ambos tienen previsto reunirse el martes con funcionarios de la Casa Blanca, además de con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, la representante de Comercio, Katherine Tai, y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, según informaron los responsables del ministerio de Economía francés.

A los gobiernos de la UE les preocupa que los créditos fiscales no sólo sitúen a los productores europeos en una desventaja injusta, sino que puedan utilizarse activamente para atraer inversiones de Europa a Estados Unidos.

"Uno de los mensajes de los ministros será que no se dirijan a las empresas europeas para que trasladen sus plantas a EE.UU. Habrá espacio suficiente para que todos inviertan tanto en Europa como en EE.UU.", dijo un funcionario. El segundo funcionario dijo que el objetivo era evitar "propuestas agresivas" a las empresas de la UE para que invirtieran en Estados Unidos.

El primer funcionario dijo que había poco margen para nuevas concesiones de Washington para un mejor trato a las empresas de la UE después de que la Comisión Europea ya se asegurara una victoria parcial sobre los vehículos eléctricos construidos fuera de Norteamérica que pueden acogerse a créditos fiscales si son alquilados por los consumidores.

No obstante, los ministros esperan convencer a los funcionarios estadounidenses para que permitan una mayor indulgencia en cuanto a los requisitos de producción local de los materiales críticos utilizados en las baterías de los vehículos eléctricos, dijo el primer funcionario.

También buscarán un compromiso estadounidense para ser transparentes sobre las subvenciones que reciben las empresas en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación, dijeron ambos funcionarios.

Esto es clave porque podría determinar cuánto apoyo estatal pueden recibir las empresas europeas en virtud de una propuesta de la Comisión Europea para permitir que las subvenciones de terceros países se equiparen en Europa.