El gobierno y el Ejército de Liberación Oromo (OLA) mantuvieron negociaciones durante una semana en Zanzíbar en un intento de poner fin a un conflicto de décadas que, en los últimos años, ha dejado cientos de muertos y desplazado a decenas de miles de personas en la región más poblada de Etiopía.

Ambas partes dijeron entonces que habían acordado seguir hablando.

En un comunicado emitido por su alto mando, el OLA afirmó que tras concluir la primera ronda de conversaciones el 3 de mayo, las fuerzas etíopes lanzaron una "amplia ofensiva".

"Este movimiento contradice claramente el entendimiento de que la desescalada debe ser prioritaria durante los procesos de negociación", afirmó, acusando al ejército de obligar a los campesinos a unirse a las miilicias locales y suministrar alimentos a sus tropas.

Los portavoces del gobierno federal de Etiopía, del ejército y de la administración regional de Oromiya no respondieron inmediatamente a las peticiones de comentarios.

Reuters no pudo verificar de forma independiente las afirmaciones del OLA.

Oromiya, que rodea la capital Addis Abeba, alberga al mayor grupo étnico de Etiopía y a más de un tercio de los 110 millones de habitantes del país.

Ha experimentado disturbios durante décadas, enraizados en agravios por la supuesta marginación y abandono por parte del gobierno federal.

La violencia allí es un importante reto de seguridad para el primer ministro Abiy Ahmed, cuyo gobierno firmó un acuerdo de paz el pasado noviembre para poner fin a una guerra civil de dos años en la región septentrional de Tigray.

El OLA es un grupo disidente proscrito del Frente de Liberación Oromo (OLF), un partido de la oposición anteriormente prohibido que regresó del exilio después de que Abiy asumiera el cargo en 2018.