La alianza rebelde, denominada Coordinación de los Movimientos del Azawad (CMA), lleva luchando contra el ejército desde agosto, un conflicto desatado en parte por la marcha de una misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas que durante años había ayudado a mantener una frágil calma.

Pero los enfrentamientos parecen intensificarse a medida que ambos bandos tratan de controlar el territorio en el centro y el norte desérticos del país de África Occidental, justo cuando se retiran las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.

La semana pasada, el CMA, formado por tuaregs seminómadas, dijo que había atacado cuatro posiciones del ejército en los alrededores de la ciudad de Bourem y se había hecho con vehículos, armas y munición. Lere se encuentra a unos 500 km (315 millas) al oeste de Bourem.

"El CMA tomó el control de los dos campamentos de Lere", declaró el portavoz del CMA, Mohamed Elmaouloud Ramadane.

Las fuerzas armadas de Mali dijeron en un post en la plataforma de medios sociales X a última hora del domingo que se había producido un ataque en Lere y que se estaba respondiendo, sin dar más detalles.

Ninguna de las partes dijo si había habido muertos o heridos en los enfrentamientos.

Los tuaregs llevan mucho tiempo quejándose del abandono del gobierno y buscando la autonomía para la región desértica que llaman Azawad.

Un levantamiento tuareg en 2012 fue tomado por grupos islamistas que siguen atacando a civiles y al ejército.

La AMC firmó un acuerdo de paz con el gobierno y las milicias progubernamentales en 2015. Pero las tensiones han resurgido desde que los militares consolidaron el poder en dos golpes de Estado en 2020 y 2021, se asociaron con el contratista militar ruso Wagner Group y echaron a las fuerzas francesas y a las fuerzas de paz de la ONU.