En los vídeos grabados en noviembre de 2021, los combatientes talibanes, muchos de los cuales pasaron la mayor parte de su vida en una insurgencia de 20 años contra un gobierno respaldado por Estados Unidos, acudían a los parques de atracciones de las ciudades afganas en los pueblos.

Uno de los parques de atracciones más grandes de Kabul y un parque acuático en el embalse de Qargha, en la periferia occidental de la ciudad, fueron especialmente atractivos para los combatientes talibanes.

Los combatientes empuñando rifles automáticos hacían cola para subir al carrusel y a las atracciones del barco pirata, mientras los visitantes habituales miraban nerviosos.

"Los muyahidines del Emirato Islámico no pueden entrar en los parques de atracciones con armas, uniformes militares y vehículos", dijo en Twitter el principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid.

Los talibanes se ganaron una reputación de inflexibles y a menudo brutales ejecutores de sus estrictas costumbres cuando gobernaron por última vez, entre 1996 y 2001.

Pero desde que tomaron el poder en agosto, han intentado presentar una cara más moderada a sus compatriotas afganos y al resto del mundo, mientras un gabinete interino lidia con una inminente crisis humanitaria.