Unas 300 personas se congregaron en la céntrica avenida Habib Burguiba en una concentración organizada por la principal coalición de la oposición, el Frente de Salvación, portando pancartas que decían "Libertad para los detenidos políticos" y "Abajo el golpe".

En otro lugar de la capital, cientos de partidarios de otra agrupación opositora, el Partido de la Constitución Libre, dirigido por el líder del partido Abir Moussi, se congregaron ondeando banderas tunecinas y coreando: "Aumenta la pobreza, aumenta el hambre..." y "Basta ya Saied".

Saied se hizo con la mayoría de los poderes en 2021, cerrando el parlamento antes de aprobar una nueva constitución que le otorga una autoridad casi total.

En abril, las autoridades detuvieron al líder de la oposición y crítico más destacado de Saied, Rached Ghannouchi,82, al ex primer ministro Ali Laryedh y a otros cargos del partido de Ghannouchi.

A principios de febrero, la policía detuvo a una veintena de destacados dirigentes políticos, entre ellos miembros del Frente de Salvación, acusados de conspirar contra la seguridad del Estado.

La oposición dice que Saied, elegido en 2019, amplió sus poderes en un golpe de Estado, pero él ha defendido sus acciones diciendo que eran legales y necesarias para salvar a Túnez del caos y la corrupción rampante.

"Saied cambió toda la ley, todo el sistema político para peor... Si hay un peligro inminente, es Kais Saied", dijo Abir Moussi a sus partidarios.

Túnez está sumido en una grave crisis económica y necesita ayuda financiera exterior para evitar el impago de sus deudas, mientras que los tunecinos sufren un alto coste de la vida y escasez de productos básicos, como azúcar, sémola, aceite, café y arroz.