La junta gobernante respondía así a un informe publicado el viernes tras una investigación de meses sobre lo que los grupos de derechos humanos describieron como la peor atrocidad en un conflicto de 10 años entre grupos islamistas y el ejército.

"El gobierno de transición denuncia con vehemencia este informe sesgado que se basa en una narración ficticia y no cumple las normas internacionales establecidas", declaró el sábado en un comunicado el portavoz del gobierno, Abdoulaye Maiga.

Según el informe, soldados malienses y personal extranjero descendieron en helicópteros sobre la aldea de Moura el 27 de marzo del año pasado y abrieron fuego contra los residentes que huían. En una redada de civiles en los días siguientes, cientos más fueron tiroteados y arrojados a zanjas, según el informe.

Maiga dijo que seguía en curso una investigación estatal sobre posibles violaciones de los derechos humanos durante la operación, pero repitió comentarios anteriores según los cuales murieron combatientes islamistas y no civiles.

"Ningún civil de Moura perdió la vida durante la operación militar. Entre los muertos sólo había combatientes terroristas y todos los detenidos fueron entregados a la gendarmería", declaró, subrayando el compromiso de las autoridades con la protección de los derechos humanos.

El informe de la ONU se basó en entrevistas con víctimas y testigos en el país de África Occidental, así como en imágenes forenses y de satélite. Las autoridades malienses denegaron las peticiones del equipo de investigación de la ONU para acceder a la propia aldea de Moura, según el informe.

Maiga dijo que las autoridades habían abierto una investigación judicial contra la misión de investigación por no haber solicitado supuestamente permiso para tomar fotos por satélite de Moura, lo que equivale a "una maniobra clandestina contra la seguridad nacional de Malí".