El gobierno de Marruecos aplazará los recortes adicionales de los subsidios debido al impacto de las tensiones geopolíticas en los precios, declaró el ministro encargado del presupuesto.

Marruecos recortó los subsidios a los combustibles en 2015 -una medida elogiada por el FMI- pero sigue controlando los precios del trigo blando, el gas de cocina y el azúcar.

Ha puesto en marcha un registro nacional para identificar a los hogares que necesitan ayudas directas en efectivo como preludio a la eliminación del sistema.

La reforma de los subsidios "es siempre una prioridad", pero "el contexto geopolítico no ofrece visibilidad sobre los precios", declaró Fouzi Lekjaa a Reuters, al margen de las reuniones del FMI y el Banco Mundial en Marrakech.

La reforma se reanudará cuando "las perspectivas sean propicias", añadió.

El gasto en subvenciones de Marruecos hasta julio se situó en 17.000 millones de dirhams (1.700 millones de dólares), un 32% menos que el año pasado, cuando el coste anual del respaldo a los precios se disparó hasta los 42.000 millones de dirhams (4.000 millones de dólares) tras la subida de los precios del trigo blando y del gas butano.

El gobierno espera reducir aún más el déficit fiscal hasta el 4% en 2024 desde el 4,5% previsto este año, declaró Lekjaa.

"Salvaguardar los equilibrios macroeconómicos es un objetivo estratégico de las finanzas públicas", declaró, casi un mes después de que un terremoto sacudiera las montañas del Atlas matando a casi 3.000 personas y afectando a la vida de 2,8 millones.

El esfuerzo de reconstrucción tras el seísmo "repercutirá positivamente en el crecimiento", afirmó.

La principal actividad económica afectada por el seísmo fue la agricultura de subsistencia, que se verá compensada por otros sectores como el turismo, dijo.

En su proyecto de presupuesto para 2024, el gobierno prevé que la economía crezca un 3,7%, tras el 3,4% previsto para este año.

El país había anunciado un plan quinquenal de reconstrucción por valor de 12.000 millones de dólares que también tiene como objetivo la mejora de las infraestructuras.

Marruecos no recurrirá al endeudamiento sino a los presupuestos de los diferentes departamentos ministeriales, a un fondo especial de ayuda y a la cooperación internacional para financiar la reconstrucción tras el seísmo, declaró.

Este año, el FMI ofreció a Marruecos una línea de crédito flexible de 5.000 millones de dólares y un préstamo de resiliencia climática de 1.300 millones.

Marruecos está en vías de recuperar su grado de inversión tras su salida de la "lista gris" de países bajo escrutinio especial el año pasado, dijo Lekjaa. (Reportaje de Ahmed Eljechtimi; Edición de Chizu Nomiyama)