Los datos económicos chinos de primer orden, incluido el PIB del primer trimestre, acaparan la atención asiática esta semana, mientras los inversores de la región y de fuera de ella sopesan si la "crisis" bancaria estadounidense está en el retrovisor o si se avecinan problemas más graves.

El calendario asiático del lunes es ligero, y sólo el comercio indonesio y la inflación de los precios mayoristas indios podrían mover los mercados. El banco central de Indonesia inicia una reunión de dos días y anunciará su decisión política el martes.

Los inversores también tendrán la primera oportunidad de reaccionar a dos acontecimientos del fin de semana: una orientación política del jefe del banco central chino y el aparente ataque del sábado al primer ministro japonés, Fumio Kishida.

El gobernador del Banco Popular de China, Yi Gang, afirmó que China puede eliminar gradualmente la intervención monetaria reduciendo gradualmente la cantidad y la frecuencia de sus incursiones en el mercado, lo que subraya la determinación de Pekín de impulsar la presencia mundial del yuan.

Yi también dijo que el banco central intentará que los tipos de interés reales se sitúen ligeramente por debajo de la tasa de crecimiento potencial.

Mientras tanto, en Japón, el sábado, los guardaespaldas pusieron a salvo al primer ministro Kishida después de que un hombre le lanzara lo que parecía ser una bomba de humo durante una parada de la campaña electoral en un puerto pesquero del oeste del país. Fue un inquietante recordatorio del asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe el año pasado.

Se espera que las cifras del lunes muestren que la inflación de los precios al por mayor en la India se redujo prácticamente a la mitad en marzo, hasta una tasa anual del 1,87% desde el 3,85%. Fue un 16% inferior a la de hace un año.

Los inversores esperan que los datos del martes muestren que el crecimiento del producto interior bruto de China aumentó bruscamente en el primer trimestre tras el levantamiento de las restricciones de bloqueo COVID-19, un 4,0% más que hace un año y un 2,9% más que en los tres meses anteriores.

No se deje sorprender por un acontecimiento alcista: el índice de sorpresas económicas de China se encuentra en su nivel más alto de los últimos 17 años.

El tono general de esta semana lo marcará la postura de los inversores ante la crisis bancaria estadounidense. O shock. O blip. La sólida recuperación de la renta variable y la caída de los indicadores de volatilidad del mercado sugieren que los inversores son cada vez más optimistas.

Algunos grandes bancos estadounidenses presentaron el viernes unos sólidos beneficios en el primer trimestre -las acciones de JP Morgan subieron un 7,5%-, lo que alimenta las esperanzas de que la audaz y rápida actuación de los responsables políticos hace un mes haya funcionado.

El índice S&P 500 y el MSCI World han repuntado casi un 10% desde el mínimo de marzo, mientras que las acciones de la zona euro alcanzaron el viernes su nivel más alto en 22 años.

Pero la complacencia sería peligrosa. Como señalan los analistas de Morgan Stanley, el crecimiento del crédito en EE.UU. se está reduciendo, la disponibilidad de crédito para las pequeñas empresas cayó en marzo a su ritmo más rápido en 20 años, y los costes de los intereses están en máximos de 15 años.

He aquí tres acontecimientos clave que podrían proporcionar más dirección a los mercados el lunes:

- Cumbre de ministros de Asuntos Exteriores del G7 en Japón

- Inflación del IPM en la India (marzo)

- Christine Lagarde, del BCE, habla en Nueva York