Varios fabricantes estadounidenses de alimentos envasados han realizado grandes adquisiciones en los últimos meses en su esfuerzo por mantener elevados los niveles de ventas tras ver cómo se disparaba la demanda durante el apogeo de la pandemia, cuando la gente apenas acudía a los restaurantes.

La operación con Ricolino, la última en la racha de compras de Mondelez, duplicará el tamaño del negocio del fabricante de Oreo en México, un mercado de "alta prioridad", y ampliará su negocio de aperitivos, según informó la empresa estadounidense.

El negocio de Ricolino, cuyos ingresos anuales rondan los 500 millones de dólares, también incluye marcas como Vero, La Corona y Coronado y elabora varios productos de confitería, como piruletas, malvaviscos, chocolates y gominolas.

Mondelez adquirió a principios de este año la empresa griega de alimentación Chipita S.A. por 2.000 millones de dólares, tras comprar el año pasado la firma británica de nutrición Grenade, el fabricante australiano de galletas Gourmet Food Holdings y la estadounidense Hu.

Ricolino, que emplea a cerca de 6.000 trabajadores, cuenta con cuatro plantas de fabricación y distribuye sus productos a varios canales, incluidos supermercados y tiendas de conveniencia.

Se espera que la operación se cierre a principios del cuarto trimestre.