La previsión se produjo después de que el operador del sistema danés, Energinet, dijera el sábado que el gasoducto podría entrar en servicio a plena capacidad a partir de finales de noviembre, en lugar del 1 de enero, gracias a la buena marcha de las obras en Dinamarca, un impulso para Polonia en su lucha por sustituir el gas ruso.

Polonia se quedó sin suministro de gas ruso en abril por negarse a pagar en rublos.

"Hemos... recibido información positiva de Dinamarca, a pesar de que las obras siguen en marcha, la capacidad total del gasoducto se alcanzará antes de lo que se suponía en un principio", declaró Mateusz Berger, funcionario del gobierno polaco encargado de las infraestructuras energéticas, a la agencia estatal de noticias PAP.

"Esto debería permitir duplicar la cantidad de gas enviada a Polonia a través de la nueva ruta en el último trimestre de este año".

El gasoducto del Báltico, que se inaugura la próxima semana, es la pieza central de una estrategia polaca para diversificarse y alejarse del gas ruso que comenzó años antes de que la invasión de Ucrania por Moscú en febrero desencadenara una crisis energética mundial.

La noruega Equinor dijo el viernes que había firmado un acuerdo de 10 años para vender gas natural a la polaca PGNiG en un acuerdo que abarca un volumen de 2.400 millones de metros cúbicos al año, o alrededor del 15% del consumo anual polaco.

El gas se transportará a través del gasoducto del Báltico, que tiene una capacidad anual de 10 bcm.

El contrato con Equinor complementa el suministro de GNL de Polonia, la producción nacional y las posibles importaciones a través de los interconectores con sus vecinos de cara al próximo invierno.