26 nov (Reuters) - El enfado de la población china por el aumento de los confinamientos por COVID-19 en todo el país se tradujo en inusuales protestas en la región de Xinjiang, en el extremo occidental de China, y en Pekín, la capital del país, mientras los contagios a nivel nacional alcanzaban otro récord.

En Urumqi, la capital de Xinjiang, la multitud salió a la calle el viernes por la noche, coreando "¡acabad con el bloqueo!" y levantando los puños, después de que un incendio mortal provocara el jueves la ira por el prolongado confinamiento del COVID-19, según los vídeos que circularon en las redes sociales chinas el viernes por la noche.

Los vídeos mostraban a personas en una plaza cantando el himno nacional de China con su letra, "¡Levántense, los que se niegan a ser esclavos!", mientras otros gritaban que querían ser liberados del encierro.

Reuters verificó que las imágenes se publicaron desde Urumqi, donde muchos de sus 4 millones de residentes han estado sometidos a algunos de los encierros más largos del país, con la prohibición de salir de sus casas durante hasta 100 días.

En la capital, Pekín, a 2.700 km de distancia, algunos residentes sometidos a los cierres organizaron protestas a pequeña escala o se enfrentaron a los funcionarios locales por las restricciones de movimiento impuestas, y algunos lograron presionarles para que las levantaran antes de lo previsto.

Una chispa crucial para la ira pública fue el incendio de un edificio de gran altura en Urumqi que causó la muerte de 10 personas el jueves por la noche, cuyo caso se hizo viral en las redes sociales ya que muchos internautas supusieron que los residentes no pudieron escapar a tiempo porque el edificio estaba parcialmente cerrado.

Las autoridades de Urumqi dieron una rueda de prensa en las primeras horas del sábado para negar que las medidas del COVID hubieran dificultado la huida y el rescate, pero los internautas siguieron cuestionando la versión oficial.

"El incendio de Urumqi tiene a todo el mundo alterado en el país", dijo Sean Li, residente en Pekín.

(Reportaje de Yew Lun Tian; edición de William Mallard, Brenda Goh y Louise Heavens, Editado en español por Juana Casas)