LONDRES, 10 ene (Reuters) - Reino Unido puso el lunes a las mayores empresas sanitarias privadas en estado de alerta máxima para suministrar tratamientos cruciales, como la cirugía del cáncer, en caso de que ómicron abrume los hospitales del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) en Inglaterra.

La cifra de muertos en el Reino Unido por la pandemia de COVID-19 asciende a 150.154, el séptimo peor balance oficial del mundo después de Estados Unidos, Brasil, India, Rusia, México y Perú.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha apostado por evitar los confinamientos para hacer frente a la variante ómicron, que en las últimas semanas ha arrasado el Reino Unido, aunque con unas tasas de mortalidad sensiblemente inferiores a las de oleadas anteriores.

En una señal de lo asfixiado que puede llegar a estar el Servicio Nacional de Salud, el secretario de Sanidad, Sajid Javid, ordenó al NHS de Inglaterra que llegara a un acuerdo de tres meses con las empresas sanitarias privadas para que los pacientes puedan recibir tratamientos como la cirugía del cáncer.

"Millones de pacientes ya han obtenido sus pruebas y tratamientos más rápidamente gracias a nuestro acuerdo actual con los proveedores independientes", dijo David Sloman, director de operaciones del NHS de Inglaterra y director de incidencias de COVID.

"Además, pone a los proveedores sanitarios independientes en estado de alerta para prestar más ayuda en caso de que los hospitales se enfrenten a niveles insostenibles de hospitalizaciones o ausencias de personal", dijo Sloman.

El Secretario de Vivienda, Michael Gove, declaró el lunes que los hospitales británicos siguen bajo presión y que el país aún no está en condiciones de decir que puede vivir con la COVID-19.

"Estamos pasando a una situación en la que es posible decir que podemos vivir con el COVID y en la que la presión sobre el NHS y sobre los servicios públicos vitales está disminuyendo", dijo a Sky News.

"Pero es absolutamente vital reconocer que aún no estamos ahí... habrá algunas semanas difíciles por delante".

(Reporte de Alistair Smout y Guy Faulconbridge; edición de Kate Holton, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdansk)