MOSCÚ, 10 ene (Reuters) - Rusia tiene previsto iniciar este año la producción en serie de su nueva bomba planeadora Drel, según declaraciones de un representante del grupo estatal de defensa Rostec publicadas el miércoles por la agencia estatal de noticias TASS.

Las bombas, unas de las armas más nuevas de Rusia, son capaces de volar de forma autónoma utilizando una trayectoria de vuelo de planeo sobre un objetivo situado a mayor distancia y abrirse sobre él en "el momento adecuado", informó TASS.

"Hasta la fecha, el producto ha superado todo tipo de pruebas", declaró a TASS un representante anónimo de Rostec.

"La producción del primer lote de la bomba aérea Drel está prevista para 2024".

La Drel está diseñada para destruir vehículos blindados, estaciones de radar terrestres, centros de control de centrales eléctricas y sistemas de misiles antiaéreos, según TASS. Los analistas militares afirman que también es resistente a las interferencias y a la detección por radar, lo que dificulta su destrucción.

Las municiones de racimo están prohibidas en más de 100 países. Suelen liberar un gran número de pequeñas bombetas que pueden matar indiscriminadamente en una amplia zona. Las que no explotan pueden suponer un peligro durante décadas.

Ucrania, que ha recibido municiones de racimo de Estados Unidos, pero se ha comprometido a utilizarlas sólo para desalojar concentraciones de soldados enemigos, ha dicho que Rusia ya ha estado desplegando sus bombas en Ucrania, calificándolas de "amenaza extremadamente grande".

Según TASS, el representante de Rostec dijo que la información sobre el uso de las bombas en Ucrania es confidencial. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo en julio del año pasado que Rusia utilizará bombas de racimo en Ucrania si tiene que hacerlo.

TASS dijo que si el elemento destructivo de la bomba Drel no funciona en un objetivo determinado, se autodestruirá al cabo de cierto tiempo y "no supondrá un peligro para la población tras el cese de las hostilidades".

(Reporte de Lidia Kelly en Melbourne y la redacción de Moscú; edición de Guy Faulconbridge; editado en español por Tomás Cobos)