El jefe de la junta de Myanmar dijo el viernes que consideraría la posibilidad de permitir que la líder depuesta Aung San Suu Kyi sea trasladada de la prisión al arresto domiciliario, pero sólo después de que se hayan alcanzado los veredictos en una letanía de casos contra ella.

Suu Kyi, derrocada en un golpe militar ampliamente condenado el año pasado, fue trasladada a una cárcel de la capital, Naypyitaw, donde está recluida en régimen de aislamiento, según el ejército. La premio Nobel y defensora de la democracia, de 77 años, ha pasado cerca de la mitad de las últimas tres décadas bajo arresto domiciliario.

Desde el golpe de Estado, Suu Kyi ha sido acusada de al menos 18 delitos que van desde el soborno hasta las violaciones electorales, y ya ha sido condenada a varios años de cárcel. Ella ha calificado las acusaciones de absurdas y niega todos los cargos que se le imputan.

Las declaraciones escritas del jefe de la Junta, Min Aung Hlaing, leídas en la televisión estatal, se produjeron en respuesta a la petición de un alto funcionario de la ONU que visitó Myanmar esta semana y pidió que se permitiera a Suu Kyi regresar a su país.

"Consideraré el asunto... después de que se emita el veredicto", dijo en la declaración. "No le impusimos cargos fuertes y mostramos misericordia aunque pudimos hacer más".

Suu Kyi, hija del héroe de la independencia de Myanmar, fue puesta bajo arresto domiciliario por primera vez en 1989 tras las enormes protestas contra décadas de gobierno militar. En 1991, ganó el Premio Nobel de la Paz por hacer campaña a favor de la democracia, pero sólo fue liberada totalmente del arresto domiciliario en 2010.