TAIPÉI, 23 mar (Reuters) - Taiwán está considerando la posibilidad de extender el servicio militar obligatorio a más de cuatro meses, dijo el miércoles el ministro de Defensa Chiu Kuo-cheng, mientras la guerra en Ucrania renueva el debate sobre la mejor manera de responder a la presión militar de China.

Taiwán ha ido pasando gradualmente de un ejército de reclutas a una fuerza profesional dominada por voluntarios, pero la creciente firmeza de China hacia la isla que reclama como propia, así como la invasión rusa de Ucrania, han impulsado el debate sobre cómo reforzar la defensa.

Respondiendo a las preguntas de los diputados en el parlamento, Chiu dijo que todavía se estaba estudiando una propuesta para ampliar el servicio militar y que "definitivamente" se presentaría un plan este año.

"Debemos considerar la situación del enemigo y nuestras operaciones defensivas en términos de fuerza militar", dijo.

Cualquier cambio que se produzca no entrará en vigor hasta un año después de su propuesta, añadió Chiu.

La presidenta Tsai Ing-wen está supervisando un amplio programa de modernización, con la idea de la "guerra asimétrica", para que las fuerzas de la isla sean más móviles, ágiles y difíciles de atacar.

El ejército de Taiwán es muy pequeño en comparación con el de China, pero los estrategas esperan que un entrenamiento superior pueda darle ventaja en un conflicto. El Gobierno también está trabajando en un programa para reformar la formación de los reservistas.

Las nuevas armas también son importantes.

Lee Shih-chiang, jefe del departamento de planificación estratégica del ministerio, que intervino en la misma sesión que Chiu, dijo que esperaba que el primer lote de aviones no tripulados MQ-9 Reaper de fabricación estadounidense, que pueden ser equipados con misiles y operar a larga distancia, entrara en servicio con Taiwán en 2025.

China no reconoce el Gobierno democráticamente elegido de Taiwán ni ninguna reivindicación de soberanía taiwanesa, y nunca ha renunciado al uso de la fuerza para poner la isla bajo control chino.

(Reporte de Ben Blanchard y Yimou Lee. Edición de Gerry Doyle, Robert Birsel; traducción de Flora Gómez)