El personal ucraniano permanece en la central, en el sureste de Ucrania, desde que las fuerzas rusas la capturaron el pasado marzo, poco después de la invasión de Moscú.

La central nuclear, la mayor de Europa, ha sido repetidamente atacada, haciendo temer una catástrofe nuclear. Cada bando culpa al otro de los bombardeos.

"La situación se está deteriorando. Está empeorando no sólo por el estado mental de los especialistas ucranianos que quedan, sino también por el estado de los equipos", declaró el ministro de Energía, German Galushchenko, a la televisión ucraniana.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica, el organismo de vigilancia nuclear de las Naciones Unidas, está intentando establecer una zona segura alrededor de la instalación.

El OIEA dice que tiene una presencia permanente de hasta cuatro expertos en Zaporizhzhia, pero el Director General del OIEA, Rafael Grossi, que visitó Ucrania esta semana, ha dicho que le preocupa que el mundo se esté volviendo complaciente con los peligros.

La compañía ucraniana de energía nuclear de arranque, Energoatom, ha dicho que las fuerzas rusas han seguido construyendo fortificaciones militares alrededor de las unidades de energía nuclear en la estación.

También ha dicho que los rusos de la central no pueden poner en marcha las unidades de energía debido a la escasez de personal y que se ha prohibido la entrada a unos 1.500 especialistas ucranianos tras negarse a firmar contratos con entidades rusas.