China es el mayor exportador mundial de fosfato y uno de los principales productores de urea, pero intensificó las restricciones a la exportación a finales del año pasado, incluyendo tiempos de inspección más largos en los puertos y pidiendo a los productores que dieran prioridad a los suministros nacionales.
La preocupación por la falta de fiabilidad de los suministros chinos ha llevado a los compradores asiáticos de fertilizantes a dirigirse a los productores de Rusia, Vietnam, Egipto y Oriente Próximo.
La Asociación de Medios de Producción Agrícola de China (CAMPA) afirmó que los productores y distribuidores de fertilizantes deben desconfiar de que el aumento de los precios de los fosfatos pueda provocar un mayor endurecimiento de las políticas de exportación.
Hasta el 15 de julio, el índice medio de precios al por mayor del fosfato diamónico (DAP) y el fosfato monoamónico (MAP) nacionales había subido un 9,99% y un 23,08% respecto a hace un año, debido al aumento de los costes de las materias primas y a la debilidad de la demanda estacional, declaró CAMPA en un comunicado a última hora del martes.
Las empresas deben "cumplir con su responsabilidad social y responder activamente a los requisitos de la política nacional de mantener la estabilidad de la oferta y los precios para garantizar que el suministro nacional de fertilizantes sea suficiente", afirmó.
Las exportaciones chinas de fosfatos ya se han ralentizado este año.
Los envíos de DAP durante enero-mayo se desplomaron un 30,6% respecto a hace un año, hasta 1,03 millones de toneladas métricas, mientras que las exportaciones de MAP cayeron un 30%, hasta 61.000 toneladas métricas, según mostraron los datos de las aduanas chinas.
Las exportaciones de urea se desplomaron un 91,7% respecto a hace un año, hasta 70.000 toneladas métricas.
