PARÍS, 17 abr (Reuters) - Un incendio arrasó casi 1.000 hectáreas en la frontera franco-española el domingo y la madrugada del lunes, según informaron las autoridades, mientras algunas zonas del sur de Europa siguen asoladas por una sequía que hace temer que se repitan las excepcionales conflagraciones del verano pasado.

El incendio, el primero de grandes dimensiones que se produce en Francia esta temporada, fue controlado a primera hora del lunes, aunque aún no se ha extinguido por completo, según informó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien añadió que un bombero resultó herido leve.

"Lamentamos la pérdida de casi 1.000 hectáreas", dijo Darmanin, advirtiendo que Francia se dirigía a "un verano 2023 extremadamente difícil, posiblemente tan difícil como el verano 2022".

Un invierno inusualmente seco en partes del sur del continente europeo ha reducido la humedad en el suelo y ha hecho temer que se repita lo de 2022, cuando 785.000 hectáreas fueron destruidas en Europa, más del doble de la media anual de los últimos 16 años, según las estadísticas de la Comisión Europea (CE).

El fuego se propagó por las localidades francesas de Cerbere y Banyuls-sur-Mer, en la costa mediterránea, avivado por fuertes vientos arremolinados que impidieron el uso de aviones Canadair, según la prefectura.

Los bomberos lograron evitar que el fuego arrasara los pueblos, con sólo cuatro casas dañadas y ningún herido entre los habitantes, según la prefectura.

Unos 300 habitantes fueron evacuados en Cerbere, y la mayoría pudo regresar a sus casas el domingo por la tarde, añadió.

El fuego se extendió más tarde a través de la frontera con España, quemando más de 500 hectáreas y provocando la evacuación de unas 50 personas, según los servicios de bomberos catalanes.

En el lado francés, un segundo incendio de menor envergadura se declaró unos kilómetros más arriba, en Argeles-sur-Mer, quemando inicialmente unas 10 hectáreas antes de ser controlado, según la prefectura de los Pirineos Orientales.

España y el sur de Francia siguieron sufriendo incendios el pasado invierno, en el que las escasas precipitaciones mantuvieron la sequía del verano pasado.

Algunos distritos del sur de Francia ya han introducido restricciones de agua y el instituto geológico del país ha declarado que la escasez de reservas de agua subterránea podría anunciar una sequía aún peor este verano.

(Reportes de Gus Trompiz, Clement Rossignol y Dominique Vidalon en París y Graham Keeley en Madrid. Edición de William Maclean, editado en español por José Muñoz)