El naufragio de la semana pasada frente a las costas griegas, en el que murieron al menos 78 de los cientos de personas hacinadas en un pesquero, ha vuelto a arrojar luz sobre la muerte de miles de migrantes que huyen cada año de la pobreza y los conflictos en África y Oriente Próximo.

Open Arms informó en un comunicado de que había recogido el sábado a 117 personas, entre ellas 25 mujeres y un niño de tres años, procedentes principalmente de Eritrea, Sudán y Libia.

La operación de rescate tuvo lugar en aguas internacionales, a 30 km de la costa de Libia, después de que el barco abandonara el puerto de Sabratha bajo la oscuridad a las 01.00 GMT, según el comunicado y un portavoz de la organización benéfica.

Todos los pasajeros estaban recibiendo una evaluación médica a bordo del buque Open Arms, dijo la organización benéfica, sin dar más detalles sobre dónde serían trasladados.