El gobierno de Tashkent quiere que los mineros alimenten sus explotaciones instalando sus propios paneles solares.

Como alternativa, las empresas mineras pueden conectarse a la red eléctrica si pagan el doble del precio normal. Sin embargo, durante los periodos de mayor consumo se pueden aplicar recargos adicionales, según el decreto.

No se requiere ninguna licencia para la minería, pero la empresa debe ser registrada por una Agencia Nacional de Proyectos de Perspectiva de reciente creación, según el documento.

Algunas criptodivisas, incluido el bitcoin, se crean mediante un proceso llamado prueba de trabajo que requiere que los ordenadores "minen" la moneda resolviendo complejos rompecabezas. Alimentar esos ordenadores implica grandes cantidades de electricidad.

Uzbekistán legalizó el comercio de criptodivisas en 2018, pero sólo en una bolsa de criptomonedas nacional. La nación centroasiática también ha puesto en marcha una serie de proyectos de energías renovables, sobre todo plantas solares y eólicas.

El vecino Kazajstán, que el año pasado se convirtió en el segundo centro mundial de minería de bitcoins, después de Estados Unidos, ha tomado medidas enérgicas contra la minería después de que esas operaciones pusieran a prueba su red eléctrica, dominada por centrales de carbón envejecidas.