La medida, anunciada el mes pasado por el banco central, pretende facilitar las transacciones diarias de unos 30 millones de venezolanos.El país, antaño considerado uno de los más ricos de Sudamérica gracias a su petróleo, ha visto caer su PIB un 80% desde 2013, principalmente por la caída de la producción y de los precios del petróleo, pero también por la mala gestión y la crisis política.

El 94,5% de los hogares viven por debajo del umbral de la pobreza de 1,9 dólares al día, según un reciente estudio universitario. Varios millones de venezolanos han huido de su país a causa de la crisis económica y política. Desde 2008, se habrán eliminado catorce ceros. Un nuevo bolívar representará 100 mil millones de bolívares de 2007, lo que refleja la increíble erosión de la moneda venezolana.

Como es lógico, con tal devaluación, los salarios se han evaporado. "Recibimos nuestro salario cada dos semanas, menos de tres dólares", dijo a la AFP Marelys Guerrero, de 43 años, una maestra que cobra millones de bolívares.

Para hacer frente a la mayor inflación del mundo, que la empresa de análisis Ecoanalitica prevé que alcance el 1.600% en 2021, los venezolanos utilizan ahora el dólar, que ha suplantado al bolívar. Más de dos tercios de las transacciones del país se realizan en esta moneda, que paradójicamente es la de Estados Unidos, el principal adversario del régimen.

El alquiler de un piso en un barrio modesto de la capital comienza en 150 dólares, y una cesta de alimentos básicos para una familia de cinco miembros cuesta casi 220 dólares. El bolívar queda relegado a las transacciones con tarjeta, a las transferencias bancarias... y convierte los pagos diarios en un verdadero dolor de cabeza.

Un juguete para niños

Para pagar una propina a un aparcacoches de un restaurante, hay que pagar con tarjeta en el mostrador y, en lugar de una nota, el vigilante recibe un recibo. Ante la falta de efectivo, las paradas de autobús, donde sólo se aceptan bolívares, se han convertido en casas de cambio al aire libre.

"Cambiamos el dólar por cuatro millones de bolívares. El billete (de autobús) cuesta dos millones", dice William Hernández, un conductor de 56 años. En la calle, los niños manejan fajos de billetes y juegan a las cartas con bolívares reales que hace tiempo que no tienen valor.

El gobierno invoca regularmente las sanciones internacionales impuestas desde 2019, en particular por Estados Unidos, para tratar de desalojar al presidente Nicolás Maduro del poder, aunque la crisis dura más de 8 años. Las negociaciones están en marcha entre el gobierno chavista del presidente socialista Maduro, reelegido en 2018 en unas disputadas elecciones, y la oposición liderada por Juan Guaido, reconocido como presidente interino por una cincuentena de países, incluido Estados Unidos.

Venezuela, que llegó a producir hasta 3,3 millones de barriles diarios (bpd), fue en su día uno de los principales actores del mercado petrolero mundial y ahora se reduce a poco más de 500.000 bpd. Mientras que algunos caraqueños temen que la nueva devaluación reduzca aún más su poder adquisitivo, otros se alegran de la simplificación que supone, como Rodrigo Bermúdez, contable.

"Es un alivio... La cantidad de cifras hacía que cualquier transacción fuera tediosa", dice, señalando una factura con demasiados ceros para que tenga sentido.

afp/vj