El fabricante de equipos de automoción, cuyo 70% del capital controla la familia Coutier, publicó hace unos días unos resultados anuales muy penalizados por el reciente repunte de la inflación.
En su defensa, durante los últimos diez años su equipo directivo -y en particular su anterior director financiero Jean-Louis Thomasset, recientemente jubilado- había insistido una y otra vez en que los márgenes de explotación de dos dígitos eran consecuencia directa de la ausencia de inflación.
Así que era de esperar un golpe de realidad. Aquí está, con los ingresos de explotación corrientes reducidos a la mitad entre los ejercicios 2021 y 2022, y el margen de explotación más bajo desde 2008.
En cambio, no hay sobresaltos en términos de volumen de negocios, que se ha mantenido estable: Akwel lleva varios años evolucionando en términos comparables. Mención especial merece el éxito de la transición hacia los equipos para vehículos eléctricos: más de la mitad de los nuevos pedidos proceden de este reposicionamiento de la oferta.
Cabe señalar que el grupo se ha distinguido hasta ahora por una estrategia de crecimiento externo extremadamente selectiva -algunos dirían parsimoniosa- y hábil. Prueba de ello son las inteligentísimas adquisiciones de la estadounidense Avon en 2011 y de la sueca Autotube en 2014.
Nada más ha sucedido desde entonces - y ningún otro expediente está actualmente en estudio, según la dirección.
En términos de tesorería, Akwel generará 18 millones de euros de beneficios en efectivo -casi la mitad de los cuales procederán de la venta de activos- en 2022, cantidad suficiente para cubrir su dividendo. Por primera vez en diez años, el grupo se beneficia de un providencial efecto favorable del tipo de cambio.
Ninguna sorpresa tampoco a nivel de la posición financiera híper saneada: no hay deudas y, por sí solos, la tesorería y los créditos comerciales cubren ampliamente todos los pasivos.
El próximo ejercicio se caracterizará por un pico de inversiones en el aparato productivo. Si Akwel no es capaz de repercutir los aumentos de precios a sus nueve principales clientes OEM, cabe esperar un flujo de caja libre negativo.
A un precio de 13,60 euros por acción, el valor de empresa de 250 millones de euros corresponde aproximadamente a la suma de los beneficios en efectivo generados en los últimos diez años -ajustados por el episodio excepcional de 2021- y una rentabilidad por dividendo de sólo el 3,3%. No hay razón para dar saltos de alegría.
Desde la adquisición de Autotube, la cotización ha fluctuado entre 10 y 15 euros, con algunos ataques de fiebre especulativa: estamos en la media a largo plazo, sin exceso ni margen de seguridad aparentes.
Recordamos que hay que tomar las precauciones habituales con los resultados netos del grupo: como las inversiones son históricamente muy superiores a las amortizaciones, tienden a sobreestimar la capacidad real de ganancia, que debería evaluarse utilizando en su lugar los flujos de caja.
AKWEL está especializada en el diseño, la fabricación y la comercialización de equipos para el automóvil. La actividad del grupo se organiza en torno a 5 familias de productos: - mecanismos de apertura y abatimiento de puertas: topes y bisagras de puertas, cerraduras, mandos de apertura, interruptores de pedal, etc; - sistemas de combustible; - piezas de motor: distribuidores de aire, sistemas de filtración y refrigeración, rampas de inyección de combustible, etc; - componentes eléctricos y sistemas completos de lavado de parabrisas (Mecatronic); - sistemas de cierre. El grupo también desarrolla una actividad de posventa. A finales de 2022, el grupo contaba con más de 40 centros de producción en todo el mundo. Las ventas netas (incluidas las intragrupo) se distribuyen geográficamente de la siguiente manera: Francia (25,9%), Europa y África (30,9%), América del Norte (30,8%), América del Sur (0,4%) y otros (12%).