El bloque de los 27 países teme que la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense, de 430.000 millones de dólares, con sus generosas exenciones fiscales, pueda atraer a las empresas de la UE y perjudicar a las compañías europeas, desde los fabricantes de automóviles a los de tecnología verde.

El tema es uno de los varios que figuran en el orden del día de la reunión del Consejo de Comercio y Tecnología UE-EE.UU. del 5 de diciembre.

Entre los participantes se encuentran el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, la representante de Comercio de EE.UU., Katherine Tai, y los vicepresidentes ejecutivos de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis y Margrethe Vestager.

"Reconocemos las preocupaciones de la UE y subrayamos nuestro compromiso de abordarlas de forma constructiva", decía un borrador de declaración conjunta del 1 de diciembre que se pretendía publicar tras la reunión.

El borrador del documento, que fue visto por Reuters y aún podría ser revisado, no establecía ninguna medida específica.

Dado que tanto Estados Unidos como la UE están dispuestos a conceder enormes ayudas estatales a los fabricantes de chips, ambos acordarán crear una herramienta común para compartir información sobre las ayudas públicas, una medida destinada a evitar una carrera de subvenciones, según el documento.

Ambas partes intercambiarán información y mejores prácticas sobre los enfoques de inversión y los términos y condiciones de las ayudas públicas.

El documento señalaba la amenaza de las políticas y prácticas económicas ajenas al mercado, en particular las que afectan a las empresas de productos sanitarios, y afirmaba que ambas partes estudiarían las herramientas políticas adecuadas y coordinarían las acciones para diversificar las cadenas de suministro.

"Para ello, seguiremos construyendo una comprensión compartida de las directivas económicas e industriales de China y de otras políticas y prácticas no de mercado", decía.

Otro borrador de declaración conjunta sobre la protección de los defensores de los derechos humanos en Internet apuntaba a las responsabilidades de las grandes empresas tecnológicas como Google, la unidad de Alphabet, Meta y Twitter.

"Instamos a las empresas a prevenir el uso indebido de sus productos y plataformas, a llevar a cabo la diligencia debida, a tomar medidas eficaces para hacer frente a todas las formas de violencia en línea y a la vigilancia ilegal o arbitraria contra los defensores de los derechos humanos...", decía.

"También apoyamos una mayor responsabilidad de las plataformas tecnológicas y reconocemos el papel de los gobiernos para mejorar la seguridad, la protección y la privacidad en línea".

En un movimiento inesperado, el jefe de industria de la UE, Thierry Breton, faltará a la reunión, ya que la agenda asignaba sólo dos horas de reuniones ministeriales sobre asuntos que conciernen a las empresas europeas, dijo su ayudante. En su lugar, Breton viajará a Estados Unidos para realizar visitas bilaterales a principios de 2023.