Anheuser-Busch InBev (AB InBev) ha detenido la producción de la cerveza rubia Chernigivske y de otras cervezas en sus tres fábricas de Ucrania a causa de la guerra, que comenzó tras la invasión de Rusia el 24 de febrero.

El embajador de Ucrania en Bélgica, Oleg Shamshur, asistió el viernes al lanzamiento de las primeras latas en la gran fábrica de cerveza de AB InBev en Lovaina y celebró el lanzamiento como una forma de mostrar los productos ucranianos al mundo.

"Quizá lo más importante es que tendrá un significado simbólico en el sentido de que la gente que beba Chernigivske pensará en Chernihiv, la ciudad que fue atacada por los rusos y que resistió la invasión rusa", dijo a Reuters TV.

La cerveza es originaria de Chernihiv, una ciudad del norte de Ucrania que sufrió fuertes bombardeos y ataques con misiles a principios de la guerra, antes de que las fuerzas rusas cambiaran su enfoque hacia el este y el sur de Ucrania.

"VOLVER A LA GLOBALIDAD

La idea de la iniciativa de ayuda surgió del director de marketing de Ucrania. La cerveza ya está a la venta en Gran Bretaña.

"Esta iniciativa va a ser global", dijo el jefe europeo de AB InBev, Jason Warner. "Podrán disfrutar de una Chernigivske en Canadá, una Chernigivske en Estados Unidos, también en Colombia, Brasil y en toda América Latina, así como en toda Europa".

Añadió que las latas, que llevan los colores azul y amarillo de la bandera nacional, deberían estar en las tiendas en dos o tres semanas.

A pesar de suspender la producción en Ucrania, AB InBev ha dicho que seguirá pagando a sus 1.812 empleados allí este año, además de ayudar a sus familias con comida y alojamiento.

La cervecera con sede en Bélgica opera en Ucrania en una empresa conjunta con la cervecera turca Anadolu Efes, que tiene una gran presencia en Rusia.

AB InBev ha dicho que saldrá de Rusia vendiendo su participación no controladora en la empresa, muy probablemente al socio Efes. No está claro si tiene previsto mantener su presencia en Ucrania.

La guerra en Ucrania ha matado a miles de personas, ha desplazado a más de 11 millones y ha arrasado ciudades y pueblos.

Rusia califica sus acciones de "operación especial" para desarmar a Ucrania y protegerla de los fascistas. Kiev y sus partidarios occidentales dicen que se trata de un falso pretexto para librar una guerra de agresión no provocada contra un Estado democrático soberano.