La declaración, una aclaración de la ley china de topografía y cartografía, refleja los esfuerzos de los reguladores por evitar cualquier escenario en el que los datos visuales altamente detallados recogidos por los coches inteligentes puedan caer en manos de actores extranjeros hostiles.

Las normas, en vigor desde su publicación, podrían complicar aún más las operaciones locales de empresas extranjeras como Tesla, que ya tienen que buscar asociaciones con empresas chinas cuando se trata de recopilar y procesar esos datos.

Los fabricantes de automóviles y los desarrolladores de software de conducción autónoma deberán solicitar licencias de cartografía o pedir a una empresa autorizada que recoja, almacene, transforme y procese los datos geográficos, según la declaración publicada el martes por el Ministerio de Recursos Naturales.

El periódico oficial del ministerio afirmó que el rápido desarrollo de la industria china de vehículos inteligentes y conectados obligaba a trazar una "línea de fondo de seguridad" para las "coordenadas de alta precisión en tiempo real, las imágenes de alta definición y otros soportes de datos" de los que depende en gran medida.

Se prevé que el mercado mundial de la industria de los vehículos inteligentes y conectados alcance los 470.000 millones de dólares en 2030, según declaró el sábado Wan Gang, vicepresidente del organismo asesor de la política nacional china, en una conferencia en Pekín.

Los vehículos como los coches de autoconducción necesitan recopilar grandes cantidades de datos geográficos para crear mapas de alta precisión que son esenciales para una navegación precisa y segura.

Hasta ahora, China ha concedido licencias de cartografía a más de 20 empresas, entre ellas el gigante de los motores de búsqueda Baidu y la empresa de cartografía Navinfo, respaldada por Tencent.