MUNICH (dpa-AFX) - 2023 fue un año difícil para el comerciante y conglomerado agrícola Baywa. Tras el año de bonanza de 2022, los beneficios y las ventas cayeron en picado, y la cuenta de resultados arrojó incluso pérdidas. La empresa ya había anunciado a mediados de marzo que cancelaría su dividendo. Baywa retrasó un año sus objetivos a medio plazo. La noticia no fue bien recibida en el mercado financiero. La acción, que cotiza en el segmento de pequeña capitalización SDax, perdió alrededor de un tres por ciento el jueves por la tarde.

Baywa achaca la evolución negativa al deterioro del entorno económico general y a la "rápida subida de los tipos de interés", entre otras cosas. Esta última repercutió negativamente en los beneficios de todas las áreas de negocio. También hubo toda una serie de efectos puntuales: BayWa contó entre ellos los daños causados por un ciclón en Nueva Zelanda, la drástica caída de la actividad constructora o las consecuencias de la bajada de precios de los módulos solares. Además, el centenario del Grupo costó unos 30 millones de euros, la mayor parte en forma de primas especiales para los empleados.

El balance final para 2023 fue, por tanto, una pérdida de 93 millones de euros, según anunció la empresa esta mañana en Múnich. En el año récord de 2022, Baywa había registrado un beneficio de algo menos de 240 millones de euros. El beneficio antes de intereses e impuestos (EBIT) cayó de 504 millones de euros a 304 millones de euros, por debajo del objetivo de 320 millones a 370 millones de euros. También estuvo por debajo de las expectativas de los analistas. La facturación cayó un 11,5%, hasta 23.900 millones de euros.

Sin embargo, ahora se aprieta el cinturón: "Estamos utilizando el año 2024 para consolidarnos", anunció Marcus Pollinger, Consejero Delegado de Baywa. "Para ello, estamos analizando actualmente cada una de nuestras más de 500 participaciones y definiendo las áreas de crecimiento, las áreas de optimización y las áreas de negocio que BayWa quiere desinvertir". En el futuro, cada unidad deberá ser rentable por sí misma. En consecuencia, habrá ventas y se reducirá algo el número de emplazamientos en el sector agrícola.

"Veo la necesidad de optimizar los segmentos de agricultura y materiales de construcción. Lo afrontamos con determinación", declaró Pollinger. Entre otras cosas, el sector agrario se ha visto afectado por la caída de los precios de los fertilizantes en 2023. Pollinger descartó el jueves una venta del negocio de construcción. Sin embargo, es posible que se introduzcan allí trabajos a jornada reducida en la segunda mitad del año si el mercado sigue sin remontar.

"El objetivo del Consejo de Administración es que BayWa vuelva a ser rentable en 2024", subrayó Pollinger. El hecho de que el Grupo pretenda reducir su nivel de endeudamiento en unos 500 millones de euros y frenar así los gastos por intereses también debería contribuir a ello. También debería volver a haber dividendos. Sin embargo, el Consejo de Administración tiene la intención de suspenderlo durante el pasado ejercicio para no pagar con cargo a los activos de la empresa.

El Grupo espera una evolución positiva a medio plazo, pero ha aplazado un año sus objetivos de beneficios fijados inicialmente para 2025. "Nuestras principales áreas de crecimiento son el comercio internacional de cereales y especialidades y las energías renovables. Estamos invirtiendo de forma sostenible en estas áreas", afirmó Pollinger.

La víspera, el Consejo de Supervisión del comerciante y conglomerado agrícola había vuelto a expresar su confianza sin reservas en el nuevo CEO Pollinger. Una investigación realizada por un bufete de abogados externo no había encontrado "explícitamente ninguna mala conducta por parte del CEO o de los miembros del Consejo de Administración", había anunciado Baywa. Para el Consejo de Supervisión, éste era el final de la discusión. "Todo el Consejo de Administración goza de la plena confianza del Consejo de Supervisión".

A mediados de enero, el entonces supervisor jefe, Klaus Josef Lutz, dimitió de su cargo con efecto inmediato. El directivo había dirigido el Grupo durante 15 años. Con anterioridad, el Consejo de Supervisión había "discutido en detalle la acusación de presunta infracción de la normativa" por parte de Pollinger y, a continuación, "le expresó su confianza sin reservas". La naturaleza de la presunta infracción de las normas de buen gobierno corporativo no se reveló en su momento ni el miércoles./ruc/DP/nas/mis