Barnes asumirá el cargo a partir del 1 de febrero, justo cuando Snowy Hydro revisa los retrasos y los sobrecostes de una enorme ampliación del mayor plan hidroeléctrico de Australia, un proyecto presupuestado inicialmente en 5.000 millones de dólares australianos (3.500 millones de dólares).

La ampliación es crucial para proporcionar almacenamiento de energía que suministre electricidad cuando la eólica y la solar no estén disponibles, ya que el país pretende sustituir la generación a partir de carbón y alcanzar un objetivo del 82% de energía renovable para 2030.

Barnes afirmó que llegaba a la empresa "en un momento complejo e importante para todo nuestro sector".

"Su nombramiento aporta una gran riqueza de conocimientos estratégicos y una capacidad demostrada en la consecución de sólidos resultados en grandes empresas energéticas en un momento apasionante para Snowy Hydro", declaró en un comunicado David Knox, presidente de Snowy.

El anterior consejero delegado de Snowy, Paul Broad, dimitió después de casi una década en el cargo y a un tercio del proyecto masivo Snowy 2.0, en medio de informes sobre retrasos en el proyecto y un sobrecoste de 2.200 millones de dólares australianos que Knox negó en su momento.

El proyecto Snowy 2.0 está siendo gestionado por la italiana Webuild SpA, que compró la participación de su socio Clough en el proyecto, tras la quiebra del grupo australiano de ingeniería en diciembre.

(1 dólar = 1,4302 dólares australianos)