La fortísima ralentización de su negocio hipotecario en Francia no impide al grupo bancario tener un año excelente en 2023.
En los nueve primeros meses del año, el beneficio neto alcanzó los 5.000 millones de euros, un 42% más que en el mismo periodo del año anterior. Excluidos los ajustes, la rentabilidad se mantiene más o menos en línea con la media de los últimos cinco años, sin que por el momento la subida de los tipos de interés tenga un efecto providencial.
Crédit Agricole sigue teniendo grandes ambiciones en su estrategia de crecimiento exterior -tras una serie de adquisiciones en servicios financieros y gestión de activos- y su deseo de expandirse en Italia, donde está reproduciendo en gran medida el modelo de banca minorista a la francesa.
La diversidad de sus líneas de negocio -con la actividad de seguros en buena forma este año- le ha permitido compensar un volumen de nuevas hipotecas en Francia que es el más bajo de los últimos siete años. El grupo advierte de que la subida de los tipos de interés, unida a unos precios que siguen sin bajar, están atenazando el mercado, sin que se vislumbre todavía un punto de inflexión.
Aunque los efectos de la desaceleración económica general se dejan sentir en todas partes, todavía no han afectado a Crédit Agricole, que ha mantenido un reparto perfectamente equilibrado entre sus carteras de préstamos a particulares y a empresas.
No se produjo ningún pico en las provisiones, a pesar de los 3.300 millones de euros adicionales reservados a nivel de grupo; sobre una base consolidada, nos mantenemos en niveles comparables a los de antes de la pandemia. Tampoco se produjo un pico de morosidad, que se mantiene en niveles muy bajos.
Por último, no se ha producido ningún repunte de los gastos, con una estructura de costes que permanece bien controlada a pesar del contexto inflacionista. Gracias a su dimensión, a la estabilidad de su base de depósitos captados a través de los bancos regionales y, por extensión, a su muy bajo coste de financiación, Crédit Agricole ha mantenido un coeficiente de explotación muy inferior a la media de los grandes bancos europeos.
Los fondos propios tangibles por acción se sitúan en 15,3 euros, frente a los 11,5 euros de hace cinco años. Esto supone un importante descuento del 23%, con una cotización de 11,75 euros en la apertura de esta mañana.
En la práctica, no cabe duda de que la acción sigue valorándose en relación con su rentabilidad por dividendo. Sin la capacidad de aumentar la rentabilidad por dividendo, que representa una modesta prima de riesgo del 3% al 4% sobre los bonos AAA, es difícil ver qué podría impulsar el precio de la acción.
Se supone que la subida de los tipos de interés impulsa los beneficios de los bancos -eso era lo que se veía hace unos meses-, pero el precedente estadounidense ha demostrado que no es exactamente así. Además, la caída del sector inmobiliario comercial en EE.UU. aún no ha llegado a Europa.
Estos factores, combinados con un rendimiento al final del ciclo, no pasan desapercibidos para los inversores. Esta mañana, se han mostrado prudentes ante los buenos resultados de Crédit Agricole.
Crédit Agricole S.A. es uno de los principales grupos bancarios europeos y constituye el primer apoyo financiero de la economía francesa. El producto bancario neto se desglosa por actividades de la siguiente manera - banca minorista (30,1%): actividades en Francia (Crédit Lyonnais) y en el extranjero. Además, el grupo está presente en Francia a través de sus 39 redes regionales de sucursales (lo que le convierte en la mayor red bancaria francesa); - banca financiera, de inversión y de mercado (30,1%): actividades de financiación bancaria estándar y especializada (financiación de adquisiciones, proyectos, activos aeronáuticos y marítimos, etc.), operaciones bursátiles, asesoramiento en fusiones y adquisiciones, capital inversión, etc; - gestión de activos, seguros y banca privada (25,9%); - servicios financieros especializados (13,9%): crédito al consumo, leasing y factoring (nº 1 en Francia). A finales de 2023, Crédit Agricole S.A. gestionaba 835.000 millones de euros en depósitos corrientes y 516.300 millones de euros en créditos corrientes. La distribución geográfica de NBP es la siguiente: Francia (46%), Italia (20%), Unión Europea (14,3%), Europa (7,2%), Norteamérica (6%), Japón (1,3%), Asia y Oceanía (3,5%), África y Oriente Medio (1,3%), Centroamérica y Sudamérica (0,4%).