Con la adquisición de Courvoisier, el grupo italiano apuesta por el coñac y se prepara para las dos próximas décadas.
Esta operación de crecimiento externo de 1.300 millones de dólares -la mayor de la historia de Davide Campari- es tanto una apuesta como un medio para que la empresa italiana desarrolle una cabeza de puente en Estados Unidos, piedra angular de su futura estrategia de desarrollo.
El coñac ha sido una bebida espirituosa especialmente popular en los últimos años, pero las ventas tienden a agotarse. Campari lo achaca a un exceso de existencias durante la pandemia, más que a un declive duradero en favor del tequila y el bourbon.
No es la primera vez que el grupo invierte a contracorriente. Su incursión en el bourbon es un buen ejemplo: en 2009, en medio de las ruinas dejadas por la gran crisis financiera, compró la marca Wild Turkey; las ventas de la marca con sede en Kentucky se han triplicado desde entonces.
El Director General Bob Kunze-Concewitz -que dejará Campari en abril tras dieciséis años al frente- ve similitudes entre ambas operaciones. El grupo italiano triplicó sus ventas y beneficios bajo su dirección, pero en el futuro su legado se medirá por el éxito de la integración de Courvoisier.
Los 2.000 millones invertidos anteriormente en adquisiciones han dado un rendimiento decente, pero tampoco estelar. Por ello, los accionistas apuestan por el carácter defensivo de la empresa, así como por su capacidad para mejorar los márgenes -aún muy por detrás de los de Diageo y Pernod-Ricard- lanzándose a la conquista del mercado norteamericano.
Al igual que la empresa francesa, el grupo controlado por la familia Garavoglia ha seguido hasta ahora un método de gestión más prudente y menos agresivo que el adoptado por Diageo, con un recurso mucho menor al apalancamiento. Sin embargo, la adquisición de Courvoisier elevó el nivel de endeudamiento a un máximo histórico.
Esto explica sin duda la vuelta de los múltiplos de valoración a su media de diez años.
Davide Campari-Milano N.V. es uno de los principales productores y distribuidores italianos de bebidas espirituosas y vinos. La actividad se organiza en torno a tres familias de productos - espirituosos: rones, vodkas, tequilas, whiskies, licores, etc. (marcas Campari, SKYY Vodka, Cynar, Aperol, Cabo Wabo, CampariSoda, Glen Grant, Ouzo 12, X-Rated, Dreher, Old Eight y Drury's); - vinos: marcas Liebfraumilch, Cinzano, Mondoro, Riccadonna, Sella & Mosca y Teruzzi & Puthod; - bebidas no alcohólicas: aperitivos (marca Crodino), refrescos (LemonSoda, OranSoda, PelmoSoda y TonicSoda) y agua mineral (Crodo). A finales de 2023, el grupo contaba con 22 centros de producción en todo el mundo. Las ventas netas se distribuyen geográficamente de la siguiente manera: Europa del Sur/Oriente Medio/África (27,6%), América (43,9%), Europa del Norte/Europa Central/Europa del Este (20,6%) y Asia/Pacífico (7,9%).