MADRID, 15 oct (Reuters) - El operador del sistema gasista español, Enagás, ha vendido espacio adicional para las entregas de gas natural licuado (GNL) este invierno en un intento de estabilizar el suministro mientras la ingente demanda mundial hace subir los precios de la energía.

Las economías del mundo exigen gas, petróleo y carbón para impulsar su recuperación del COVID-19, lo que aviva la inflación y causa estragos en los mercados eléctricos, donde el combustible más caro fija el precio final.

Enagás, la solución española al gestor de redes de transporte que gestiona las redes de gas en cada país europeo, dijo el viernes que había vendido 23 de las franjas horarias que los petroleros que transportan GNL necesitan para descargar sus partidas.

Ahora hay 136 plazas reservadas para el periodo comprendido entre noviembre de 2021 y marzo de 2022.

Tener un espacio asignado no significa necesariamente que vaya a llegar una carga, pero esto se compara con un total de 86 barcos que descargaron sus volúmenes en las terminales de Enagás el pasado invierno.

Se trata de la segunda "subasta extraordinaria" en dos meses, tras la venta de 22 franjas horarias de este tipo en septiembre.

"Estos 45 slots adicionales son una medida preventiva para contribuir a la seguridad de suministro energético durante los próximos meses, en un contexto de gran volatilidad  de los mercados energéticos internacionales", dijo Enagás en un comunicado.

El nivel actual de almacenamiento de gas en Europa es inferior al habitual, ya que se encuentra ligeramente por encima del 75% de su capacidad, frente al 90% de media en esta época en los últimos 10 años, según informó la Comisión Europea a principios de esta semana.

Las importaciones de GNL en el noroeste de Europa se redujeron en 5,5 millones de toneladas (MT) durante los primeros nueve meses de 2021 en comparación con los niveles de hace un año, según la empresa de inteligencia de datos Kpler.

El aumento del almacenamiento europeo se vio obstaculizado por las intensas tareas de mantenimiento en Noruega, la reducción de los flujos rusos desde agosto, la menor producción nacional de gas, la escasa producción eólica y los elevados precios del carbono que empujan al gas a la demanda de energía.

La escasez de energía en China ha agravado la situación. Las importaciones chinas de gas natural en septiembre, tanto por gasoducto como en forma de GNL, alcanzaron su máximo en nueve meses, con 10,62 millones de euros.

Las principales compañías eléctricas chinas están ahora en conversaciones con los exportadores de GNL de Estados Unidos para asegurarse contratos a largo plazo, según han declarado fuentes a Reuters. 

España se encuentra entre los países que piden a la Unión Europea que estudie la posibilidad de realizar compras conjuntas de gas para acumular reservas. 

Gastó miles de millones de euros en infraestructuras de gas durante un período de auge económico, y ahora cuenta con siete de las terminales de regasificación de GNL necesarias para tratar la versión líquida antes de poder utilizarla, más que cualquier otro país europeo.

(Información de Isla Binnie, información adicional de Marwa Rashad; edición de Toby Chopra; traducción de Flora Gómez en la redacción de Gdansk)