• Se han instalado sensores de luz que detectan y contabilizan las personas que entran en diferentes cuevas vinculadas a instalaciones hidráulicas de Cataluña, en la comarca de la Noguera.
  • La información obtenida mediante estos dispositivos se cruzará con la que están recogiendo las grabadoras y cámaras de fotogrampeo, todo ello para averiguar si la presencia humana afecta a estas colonias y en qué medida.
  • La acción se enmarca en el programa Endesabats, que forma parte del Plan de Conservación de la Biodiversidad de Endesa, y que está desarrollando de la mano del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) desde hace 10 años. El objetivo de contribuir a la conservación de este grupo de especies protegidas.

¿La presencia humana afecta al desarrollo de una colonia de murciélagos? Y si lo hace, ¿hasta qué punto? Para dar respuesta a estas dos preguntas, técnicos del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) han instalado sensores de luz en 4 cuevas vinculadas a instalaciones hidráulicas donde hay colonias de murciélagos, todas ellas en Cataluña, en la comarca de la Noguera. Estos dispositivos, sumados a las grabadoras de sonido y cámaras de fotogrampeo ya existentes, permitirán cruzar datos para determinar en qué medida impacta (o no) el movimiento de personas en las colonias de quirópteros. La acción se enmarca en el programa Endesabats, un proyecto que forma parte del Plan de Conservación de la Biodiversidad de Endesa y que se está desarrollando de la mano del CTFC desde hace ya 10 años con el objetivo de estudiar y contribuir a la conservación de este grupo de especies protegidas.

Los sensores diseñados por el CTFC permiten, en la práctica, registrar variaciones lumínicas. Es decir, son capaces de registrar cualquier subida de Lumens (iluminación) a partir de un umbral que se determine para cada cueva. Los datos, que se almacenarán, se analizarán a posteriori por expertos y se podrá saber el número de visitas diarias a la cavidad y, por tanto, se obtendrá un índice de frecuencia de humanos/as. El objetivo es relacionar si esta frecuentación tiene relación con la población de murciélagos que se encuentran en las cuevas estudiadas a lo largo de los meses y valorar, así, si es necesario realizar una gestión diferente. Además, permitirá analizar mejor cómo reaccionan los quirópteros ante la presencia humana en los dos momentos del año en los que son especialmente vulnerables: durante el período de hibernación (de diciembre a marzo) y el período de cría (de mayo a agosto).

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