La japonesa Fujitsu está sometida a una creciente presión por su papel en un escándalo en el que cientos de trabajadores de Correos en Gran Bretaña fueron condenados por robo, fraude y falsedad contable debido a fallos en un software desarrollado por la empresa.

En medio de la creciente indignación pública, Gran Bretaña se está moviendo para anular las condenas y pagar indemnizaciones después de que cientos de subcarteros autónomos fueran procesados o condenados erróneamente entre 1999 y 2015.

Está previsto que representantes de Fujitsu comparezcan en una investigación pública sobre el escándalo la próxima semana y que la empresa comparezca también ante una comisión parlamentaria británica para ser interrogada.

"Cualquiera que se demuestre que es responsable de este escándalo debe rendir cuentas, incluso mediante pagos al fondo de los contribuyentes", declaró el lunes en el Parlamento Kevin Hollinrake, ministro responsable de asuntos postales.

Ha resurgido el interés por las condenas erróneas tras la reciente emisión de un drama televisivo británico sobre los hechos. El sistema informático de contabilidad Horizon de Fujitsu estuvo en el centro del escándalo por mostrar incorrectamente déficits en las cuentas de las sucursales de Correos.

El consejero delegado de Fujitsu, Takahito Tokita, no ha hecho ningún comentario público sobre el escándalo.

En una declaración facilitada a Reuters el jueves, Fujitsu declaró: "La investigación ha reforzado el devastador impacto en las vidas de los carteros y en las de sus familias, y Fujitsu ha pedido disculpas por su papel en su sufrimiento."

"Fujitsu se compromete plenamente a apoyar la investigación para comprender lo sucedido y aprender de ello", decía el comunicado. La empresa declinó responder a más preguntas.

La empresa figura como proveedor estratégico del gobierno británico y ha obtenido otros contratos del mismo.

Las acciones de Fujitsu cerraron planas el jueves en Tokio tras tres días consecutivos de descensos.

En octubre de 2020, el hardware de Fujitsu que alimentaba la Bolsa de Tokio falló, provocando una interrupción de las operaciones durante todo el día que empañó la reputación de la bolsa. (Reportaje de Sam Nussey; Edición de Christian Schmollinger)