Oki Electric Industry Co. Ltd. informó de los resultados de las ganancias consolidadas y no consolidadas para el año finalizado el 31 de marzo de 2017. Durante el año, la empresa registró unas ventas netas consolidadas de 451.600 millones de yenes, frente a los 490.300 millones de yenes de hace un año. Los ingresos operativos fueron de 2.500 millones de yenes, frente a los 18.600 millones de yenes de hace un año. Las pérdidas ordinarias fueron de 2.400 millones de yenes, frente a los 11.400 millones de yenes de hace un año. El beneficio atribuible a los propietarios de la empresa matriz fue de 4.700 millones de yenes, frente a los 6.600 millones de yenes de hace un año. El beneficio neto por acción fue de 54,03 yenes, frente a los 76,10 yenes de hace un año. Los flujos de caja de las actividades de explotación fueron de 42.000 millones de yenes, frente a las salidas de caja de las actividades de explotación de 3.600 millones de yenes de hace un año. Las ventas netas no consolidadas del año fueron de 212.200 millones de yenes, frente a los 226.900 millones de yenes de hace un año. Los ingresos de explotación fueron de 5.000 millones de yenes, frente a los 9.900 millones de yenes de hace un año. Los ingresos ordinarios fueron de 10.300 millones de yenes, frente a los 11.200 millones de yenes de hace un año. Las pérdidas netas fueron de 18.700 millones de yenes, frente a los 6.400 millones de yenes de hace un año. La pérdida neta por acción fue de 215,18 yenes, frente a los 74,23 yenes de hace un año. Para el año fiscal que finaliza el 31 de marzo de 2018, la empresa espera ahora unas ventas netas de 455.000 millones de yenes, unos ingresos de explotación de 13.000 millones de yenes, unos ingresos ordinarios de 12.000 millones de yenes, unos beneficios atribuibles a los propietarios de la empresa matriz de 8.000 millones de yenes, unos ingresos netos por acción de 92,13 yenes, unos flujos de caja de las actividades de explotación de 13.000 millones de yenes y unas salidas de caja libres de 2.000 millones de yenes.