Las conversaciones entre la Asociación Noruega de Armadores (NSA) y los sindicatos Safe, Industri Energi y DSO se reanudarán en una fecha posterior bajo la dirección de un mediador designado por el Estado, y podrían terminar en una huelga si esas negociaciones fracasan.

Lo más probable es que cualquier acción industrial sólo tenga un impacto marginal en la producción de petróleo y gas a corto plazo, pero podría tener un impacto mayor a medio y largo plazo, ya que se retrasarían los proyectos de expansión y la puesta en marcha de nuevos yacimientos.

Entre las empresas afectadas por las conversaciones se encuentran Transocean, Saipem, Odfjell Drilling, Maersk Drilling, Archer, Seadrill y otras.

Los sindicatos representan a los trabajadores de las unidades móviles en alta mar, así como a los de las plataformas de perforación en instalaciones permanentes.

Según el sistema de negociación colectiva noruego, muy regulado, los trabajadores sólo pueden ir a la huelga si la mediación también fracasa.