Casi un tercio de los pacientes con cáncer de hígado avanzado que recibieron una vacuna personalizada desarrollada por Geneos Therapeutics junto con un fármaco inmunoterápico en un pequeño ensayo inicial vieron reducirse sus tumores, informaron el domingo investigadores estadounidenses.

El resultado fue aproximadamente el doble de la respuesta que suele observarse con la inmunoterapia sola, señalaron los investigadores.

Los resultados del estudio preliminar, presentado en la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer en San Diego y publicado en Nature Medicine, sugieren que las vacunas basadas en mutaciones sólo presentes en el tumor de un paciente pueden potenciar la capacidad del sistema inmunitario para reconocer y atacar los cánceres difíciles de tratar.

Los hallazgos, que deben confirmarse en un ensayo de mayor envergadura, acercan a la industria un paso más a las vacunas eficaces contra el cáncer, tras muchos fracasos en el pasado, y podrían ampliar los tipos de cáncer que pueden tratar estas terapias.

Los socios Moderna y Merck and Co, entre otros, han obtenido resultados prometedores combinando vacunas personalizadas con inmunoterapia para evitar la reaparición del cáncer de piel en pacientes tras una intervención quirúrgica.

Para el estudio, los investigadores utilizaron muestras de los tumores de los pacientes para construir vacunas basadas en neoantígenos, es decir, nuevas mutaciones sólo presentes en el tumor de un paciente concreto. El objetivo era entrenar al sistema inmunitario para que atacara y eliminara únicamente estas proteínas únicas, dejando indemne el tejido sano.

A diferencia del cáncer de piel, que presenta muchas mutaciones que el organismo debe reconocer, el cáncer de hígado se considera un cáncer frío porque contiene menos mutaciones, lo que ha restado eficacia a las inmunoterapias.

"Esta vacuna educa esencialmente al sistema inmunitario para que reconozca antígenos que ha ignorado", afirmó el líder del estudio, el Dr. Mark Yarchoan, del Centro Oncológico Johns Hopkins Kimmel.

En el estudio participaron 36 pacientes con carcinoma hepatocelular, la forma más común de cáncer de hígado. A los pacientes se les administraron vacunas hechas a medida, además de la inmunoterapia Keytruda de Merck, ampliamente utilizada y el tratamiento estándar en ese momento.

Casi un tercio de los pacientes tratados con la terapia combinada (30,1%) experimentaron una reducción del tumor, y tres de esos sujetos tuvieron una respuesta completa, lo que significa que no quedaban signos detectables del tumor tras una mediana de seguimiento de 21,5 meses.

Esto contrasta con la respuesta típica de alrededor del 12% al 18% en pacientes con cáncer de hígado que reciben inmunoterapia sola.

"Esto sin duda sugería que la vacuna realmente añadía eficacia clínica", afirmó Yarchoan.

El efecto adverso más común fueron reacciones leves en el lugar de la inyección. No se produjeron efectos adversos graves.

A diferencia de muchas vacunas candidatas basadas en la tecnología del ARN mensajero (ARNm), el tratamiento Geneos es una vacuna de ADN en la que el código genético de las proteínas mutadas se inyecta en las células mediante un pequeño impulso eléctrico. Cada vacuna puede dirigirse hasta a 40 genes mutados.

Yarchoan afirmó que se están planeando ensayos de mayor envergadura, pero declinó dar detalles. (Reportaje de Julie Steenhuysen Edición de Bill Berkrot)