BERLÍN (dpa-AFX) - Tras el anuncio de la empresa química BASF de que se retirará de la región china de Xinjiang, políticos alemanes del SPD, los Verdes y el FDP han pedido a Volkswagen que haga lo mismo. "Xinjiang debe convertirse en una zona prohibida para las actividades económicas de las empresas occidentales, incluida VW", declaró Renata Alt (FDP), presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Bundestag, al diario Tagesspiegel (lunes).

La retirada de BASF envía una señal clara, continuó Alt: "No se pueden hacer concesiones vagas cuando se trata de derechos humanos". Por ello, la decisión de BASF de desprenderse de sus acciones en empresas conjuntas en Xinjiang fue muy bien acogida.

El eurodiputado de Los Verdes Reinhard Bütikofer declaró al diario "Tagesspiegel" que la presión sobre VW volvería a aumentar ahora. "VW debe abandonar Xinjiang", explicó. Existe una línea roja ética para la visión comercial de las empresas; detrás de ella está la "complicidad con el régimen de trabajos forzados de Xinjiang".

El Comisario del Gobierno Federal para la Libertad de Religión o Creencias, Frank Schwabe, pidió a todas las empresas alemanas que dejaran de hacer negocios en Xinjiang, según el Tagesspiegel. "Fundamentalmente, la situación de los derechos humanos en Xinjiang es tan catastrófica y confusa que las empresas alemanas no deberían operar allí. Esto también se aplica a VW", declaró el político del SPD al periódico.

El grupo BASF anunció el viernes que vendería acciones de las dos empresas conjuntas en Korla (China), en el centro de la región de Xinjiang, y también se refirió a recientes informes sobre posibles violaciones de los derechos humanos.

VW opera una planta en Xinjiang en una empresa conjunta con el fabricante chino Saic. En verano, el fabricante de automóviles encargó a una empresa que investigara las condiciones de trabajo en la controvertida planta de Xinjiang por si se habían producido violaciones de los derechos humanos. Los auditores anunciaron en diciembre que no habían encontrado pruebas ni indicios de trabajo forzado entre los empleados. Volkswagen declaró por última vez a principios de febrero que se toma muy en serio su responsabilidad como empresa en el ámbito de los derechos humanos en todo el mundo, incluida China. La empresa se adhiere estrechamente a los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de la ONU.

Uigures, miembros de otras minorías y organizaciones de derechos humanos llevan años denunciando que cientos de miles de personas de Xinjiang han sido enviadas a campos de reeducación contra su voluntad, en algunos casos torturadas y obligadas a realizar trabajos forzados. El gobierno chino niega estas acusaciones.