El dólar australiano rondaba los 0,6695 $, tras encontrar una fuerte resistencia en su máximo de 4 meses y medio de 0,6728 $, un nivel que no ha logrado superar dos veces en las dos últimas sesiones. Ha subido más de un 7% desde su mínimo de 2023 de 0,6271 $ en octubre y podría sufrir cierta consolidación cerca de fin de año.
El dólar kiwi se situaba en 0,6212 $, también por debajo de su máximo de 4 meses y medio de 0,6249 $ alcanzado la semana pasada. Ha subido un 7,7% desde su mínimo de 2023 de 0,5774 $ en el espacio de dos meses.
La subida se vio impulsada por un cambio en las expectativas de los tipos de interés en Estados Unidos, ya que los mercados consideran ahora que la desaceleración de la inflación significa que la Reserva Federal tendrá que relajar su política, y apuestan por una acción temprana y agresiva -unos 150 puntos básicos en recortes- el año que viene.
El presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, aguó la fiesta de los mercados el viernes al afirmar que no se hablaba de relajación por parte de los responsables políticos. El presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, también dijo que sólo veía recortes de 50 puntos básicos en 2024.
"Los comentarios de John Williams han amortiguado modestamente los ánimos y pueden bastar para dar un respiro a corto plazo a la corriente alcista", dijo Chris Weston, jefe de investigación de Pepperstone.
"En cuanto al riesgo de eventos de esta semana, vemos la reunión del Banco de Japón, la inflación subyacente PCE de EE.UU. y el IPC del Reino Unido como los grandes temas a los que los operadores deberán prestar atención".
De cara al futuro, el Banco de Japón se reúne el martes en medio de muchos rumores sobre una salida de los tipos de interés negativos, y el mismo día, el Banco de la Reserva de Australia publicará las actas de la reunión de política monetaria de diciembre en la que mantuvo los tipos estables.
En Nueva Zelanda, el gobernador del banco central, Adrian Orr, tiene previsto comparecer ante el parlamento el miércoles. Los operadores están pendientes de si Orr moderará su tono de halcón, dado que la economía entró inesperadamente en declive en el tercer trimestre.
